“Yo soy un paisano”
Yo no abogo por un hombre que vuelva a las cavernas o que viva debajo de una hoja de palmera. No defiendo la pobreza como ideal de vida, defiendo a muerte la sobriedad. Vivir livianos de equipaje, tener tiempo para vivir, recordar que la felicidad humana es la relación con otros seremos humanos. Que el hombre no es una mercadería, ni se compra ni se vende. Que las cosas más sagradas, que las decisiones más importantes que tomamos en el periplo de nuestra vida, nada tienen que ver con la economía y mucho tienen que ver con los sentires.