Una buena jornada por la crítica de arte
Organizado por el Capítulo cubano de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA), con el apoyo de las secciones de Crítica de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y la Asociación Hermanos Saíz (AHS), se realizó recientemente un encuentro bajo el título Ira Jornada de Crítica de Arte. Durante dos días los miembros de la AICA Cuba, críticos y demás interesados, de diferentes generaciones, repletaron la sala Nicolás Guillén de la Uneac y discutieron temas relativos a esta disciplina tan involucrada con la creación visual del país.
Sirvió esta reunión, además, para celebrar los 39 años de la creación en Cuba de la primera Sección de la AICA (se cumplirá el 27 de agosto), aunque sus verdaderos inicios se remontan a muchos años antes. Sobre este asunto historiográfico de la presencia de la AICA en Cuba, disertó Samuel Hernández Dominicis, actual presidente de AICA Cuba, al exponer los resultados de una investigación propia sobre dichos antecedentes.
El encuentro celebró los 39 años de la creación en Cuba de la primera Sección de la AICA, aunque sus verdaderos inicios se remontan a muchos años antes.
Con el título Cartografía de un silencio: la presencia cubana en la AICA, Samuel abundó en detalles acerca de las primeras manifestaciones y acercamientos de los críticos cubanos hacia la organización gremial internacional, utilizando como pivote otra investigación, esta de la autoría de la doctora Luz Merino Acosta, especialista de historia del arte, recientemente fallecida. También el ponente empleó una investigación previa de la doctora Adelaida de Juan, pionera de la AICA en Cuba, texto que la eminente historiadora de arte dio a conocer en 2016, en ocasión de realizarse en La Habana el 49 Congreso Internacional de la AICA.

En este primer momento del primer día acompañaron en la mesa a Samuel, Yasel Toledo, presidente nacional de la AHS y Alain Cabrera, jefe del Sello Editorial Artecubano del Consejo Nacional de las Artes Plásticas (CNAP).
En la investigación de Samuel Hernández se consignó que el interés recíproco entre la AICA internacional y los críticos cubanos data de 1949, así lo dice el texto:
… es significativo señalar que el interés de la AICA por acercarse a Cuba es aún anterior a esta fundación. En 1949, con motivo de la realización del segundo Congreso de la Asociación, Raymond Cogniat ―quien se encontraba al frente del Sindicato de Profesionales de la Prensa Artística Francesa― se dirigía a Héctor de Ayala ―ministro plenipotenciario de la representación de Cuba en Francia― para invitarlo a la cita. Es probable que este acercamiento estuviera relacionado con la proposición que hiciera Cuba ante la Unesco ese mismo año para la creación de una oficina regional para el hemisferio occidental en La Habana, la cual incluía una subvención del gobierno que ascendía a la cifra de diez mil dólares.
Años después, parece hubo una pausa en la vida de la organización cubana, la que se reactivó en 1962, pero no de manera efectiva. Sigue diciendo el texto del presidente del Capítulo AICA Cuba:
No será hasta la década del ochenta que los contactos con Cuba vuelvan a retomarse a partir de dos visitas al país. La primera, realizada en 1984 por el entonces presidente de AICA, Dan Haulica; y la segunda en 1985 por Jacques Leenhardt, presidente de la sección francesa. Ese mismo año, en la reunión de Caracas, Adelaida de Juan es invitada a encargarse de la reactivación de la sección cubana.
Al siguiente año, en 1986, fue que se oficializó la Sección, pero con solo 4 miembros registrados oficialmente en la AICA internacional, pues los 31 restantes miembros no cotizaban. En la década de los noventa los problemas económicos y de toda índole que atravesó el país hizo que se produjera una desconexión hasta que en 2016 la encomiable labor personal del crítico David Mateo, al frente de AICA Cuba, permitió traer el congreso a La Habana por primera y única vez y propiciar el momento más alto de la relación entre los críticos cubanos y la organización internacional. Vale decir que el congreso habanero fue todo un éxito organizativo, recibiendo en su realización la ayuda del Ministerio de Cultura, el CNAP y otras entidades. David Mateo fue elegido como uno de los vicepresidentes de la organización a nivel internacional. A partir de ese año es que el Capítulo cubano ha tenido mayor regularización en su actividad. Hoy cuenta con 35 miembros y hay muchos críticos deseando su admisión, pero primero teníamos que acercarnos a la AICA internacional, con sede en París, asunto en el que la gestión actual de Samuel Hernández ha jugado un eficaz papel.
Estamos, además, en un escenario en que la AICA regional, es decir, la latinoamericana, está fortaleciendo su trabajo, y en el que se encuentra involucrado AICA Cuba, participando en webinarios y publicaciones digitales. Es decir, la situación de la organización mejora gradualmente en nuestro continente.
Concluida la informada e interesante conferencia, se pasó a un panel integrado por los especialistas Carina Pino Santos, Danilo Vega Cabrera y Rafael Acosta de Arriba, y moderado por Alain Cabrera, quienes expusieron diversas opiniones personales sobre la situación de la crítica de arte en Cuba en los momentos actuales. Se observó, de manera consensuada, que no hay una buena situación de la crítica de arte, entre otros factores dominantes por la escasez de revistas culturales impresas, la depresión de la industria editorial y los demás problemas que están afectando al desarrollo de la cultura en general del país. Pino Santos y Vega Cabrera se refirieron, con abundancia de datos, a cuestiones especializadas de la crítica y Acosta de Arriba mencionó la necesidad de realizar algunas actividades en el momento presente para potenciar la expresión en el país. Comentó sobre el proyecto de crear una Academia de Artes Visuales en Cuba, semejante en su funcionamiento y propósitos a los de la Academia Cubana de la Lengua y la Academia de Historia de Cuba, el que podría contribuir, al agrupar a los más reconocidos especialistas, para producir debates de problemas, sugerir proyectos, realizar seminarios, asesorar a las instituciones y al Ministerio de Cultura, además de poder alinearse con la AICA Cuba en la dirección de desarrollar la crítica de arte cubana. Este proyecto fue entregado al CNAP meses atrás.

Acto seguido, intervinieron los presentes y en sus opiniones se validó el juicio de que la crítica de arte no está atravesando un buen momento por factores externos diversos, algunos mencionados por los panelistas. En una extensa intervención el reconocido crítico Nelson Herrera Ysla dio información sobre tópicos de la crítica internacional en el presente y consideró que existen varias situaciones que afectan la crítica de arte en el país. Consideró que, en sentido general, la crítica ha perdido gradualmente preeminencia en el entramado del arte internacional y que eso se debe reconocer como una realidad. Otro asistente consideró que debía aceptarse que había cambiado radicalmente el patrón de consumo del arte (y de la crítica) a través de las redes sociales y que eso no es negativo, sino que es diferente, que es una realidad con la cual convivir. Más adelante intervinieron otros críticos. Fue un debate preciso en sus opiniones y los asistentes consideraron que había satisfecho las expectativas. En sentido general este primer día de la Jornada resultó interesante y estimulante para los asistentes.

La segunda sesión de la I Jornada de Crítica de Arte organizada por AICA Cuba, estuvo dedicada a la presencia femenina en FOTOCANÍMAR, el Festival y Coloquio Internacional de Fotografía de Matanzas, que tuvo lugar en noviembre de 2024. La charla de Caridad Blanco, curadora principal del evento, bajo el título “Disparos de mujer” se refirió a la naturaleza de este certamen emergente, su propósito de ser un foro por la vida desde una visión crítica sobre el presente, apostando por la capacidad transformadora del arte, apelando en igualdad de condiciones a las diferentes proyecciones de la fotografía como arte, lo mismo sus expresiones más experimentales, que el ensayo y el testimonio, el periodismo de investigación, la construcción conceptual y metafórica, así como la fotografía científica y de naturaleza.


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Blanco definió como protagónica y enriquecedora la participación de las mujeres en el evento. Destacó que las féminas constituyeron casi la mitad de los artistas seleccionados, con más de 200 obras en exhibición en la muestra central, Dibujando círculos. Las participantes constituyeron un foco importante de atención, que abordaba cuestiones relativas a la guerra, la lucha contra la violencia que se ejerce sobre mujeres y niñas, críticas medioambientales, cuerpos migrantes, visiones no ortodoxas sobre la maternidad, la familia y la vejez, así como cuestiones existenciales, de género y minorías, reflexiones acerca del tiempo, la historia, la espiritualidad y las nuevas masculinidades, entre otros.
Se contó con la intervención especial de cuatro de las artistas participantes en la muestra central: Daylene Rodríguez Moreno, Adriana Mugia, Ira Kononenko y May Reguera. Cada una de ellas mostró a los asistentes las características del desarrollo de su creación, así como parte de ese arsenal técnico con el que hacen crecer a la fotografía. Una presentación que reveló la energía y sentido que las mujeres significaron con sus obras dentro de FOTOCANÍMAR, convirtiéndose en una herramienta en favor de la promoción de todas las autoras y del festival. Este evento ya fue reconocido el pasado año por el Capítulo cubano de AICA entre las mejores exposiciones realizadas en 2024 en el país.
Para todos, esta primera Jornada ha sido como un rayito de luz dentro de un oscuro túnel, y quedó al final la conciencia de lo mucho que hay aun por hacer.

