Con la inauguración de la muestra Sosabravo, selección de obra gráfica, organizada de manera conjunta entre el Consejo Nacional de Artes Plásticas y el Taller de Gráfica de La Habana, en la galería “El reino de este mundo”, de la Biblioteca Nacional José Martí, se dio comienzo a un grupo de actividades por la celebración de los 95 años de edad del gran artista Alfredo Sosabravo.

En este caso se unen, además, el 63 aniversario de la fundación de dos instituciones, el Taller Experimental de Gráfica y el Taller de Serigrafía René Portocarrero, el primero de ellos poseedor de los treinta grabados que se exhiben.

“… Sosabravo es uno de los más relevantes creadores del arte cubano, su obra, vasta como pocas en la historia de nuestra producción simbólica, abarca las manifestaciones más diversas de las artes visuales…”

Apenas necesito decir que Sosabravo es uno de los más relevantes creadores del arte cubano, su obra, vasta como pocas en la historia de nuestra producción simbólica, abarca las manifestaciones más diversas de las artes visuales: cerámica, escultura en bronce y cristal de murano, pintura, grabado, dibujo y cuanto soporte ha creado el hombre para exponer sus símbolos. En cada una de estas expresiones ha descollado, por lo que la crítica especializada ha reconocido ese talento y dedicación. Es hoy el patriarca del arte insular.

La exposición Sosabravo, selección de obra gráfica, ha sido organizada de manera conjunta entre el CNAP y el Taller de Gráfica de La Habana. Palabras de Daneisy García, presidenta del CNAP en la inauguración. Foto: Claudia Díaz 

Desde joven, Sosabravo mostró su talento precoz en su Sagua La Grande natal y después en La Habana, donde se radicó siendo aun un niño. Precisamente ese universo de la infancia lo ha acompañado hasta el presente y es una de sus marcas identitarias. El listado de las exposiciones personales del artista necesitaría de muchas páginas para ser registradas desde su primera muestra en 1958. Igual sucede con las exposiciones colectivas. Y son muestras realizadas en relevantes galerías, centros de arte y museos de todo el orbe. Es un artista reconocido internacionalmente y respetado dentro y fuera de la Isla, donde funge como el virtual presidente de la república simbólica cubana.

Los premios y reconocimientos recibidos a lo largo de su vida son innumerables, entre los que sobresalen las más altas distinciones y medallas cubanas, así como reconocimientos de otros países. La Orden Félix Varela (1994), el Premio Nacional de Artes Plásticas (1997), Doctor Honoris Causa de la Universidad de las Artes (ISA) en el año 2000 y la República de Italia le otorgó la Orden al Mérito en grado de Cavallieri por haber trabajado por años en talleres de ese país (Verona y Venecia). Se une a este historial la singular personalidad del artista, su natural sencillez, modestia auténtica y laboriosidad sin fin.

“Es un artista reconocido internacionalmente y respetado dentro y fuera de la Isla, donde funge como el virtual presidente de la república simbólica cubana”. Foto: Claudia Díaz 

En el sencillo catálogo de esta muestra de grabados dicen los organizadores: “Sosabravo es uno de los artistas más influyentes de la historia del grabado cubano y es el eslabón entre la Asociación de Grabadores de Cuba, el Taller Experimental de Gráfica y el Taller de Serigrafía René Portocarrero. En una generación que evolucionó el lenguaje gráfico, son su estilo innovador y su capacidad para experimentar con diferentes técnicas y formas, lo que lo hacen importante. Además, es conocido por ser uno de los cultores del Arte Pop en la Isla y por vincular al arte a aspectos de la realidad. A lo largo de su carrera, Sosabravo ha creado obras que abarcan casi todas las manifestaciones y demuestran su grandeza como artista”.

“Lo lúdico o juguetón elevado a filosofía que estructura la imagen, ese es su sino”. Foto: Juan Carlos Borjas

Nacido, como ya se dijo, en Sagua La Grande, el 25 de octubre de 1930, aunque realizó estudios en la escuela anexa a la Academia de San Alejandro, se le puede considerar un artista autodidacta. Desde niño comenzó a crear figuras y dibujos que anticiparon lo que lo definiría después. De la mano de Alfredo Sosabravo la infancia, con su ingenuidad y fuerza propios, se transmuta visualmente, se disuelve y convierte en su vida entera y en la de los degustadores de su arte. Él está más cerca que ningún otro artista cubano de todo lo que olvidamos al hacernos mayores o adultos: aquella lejana época en que mirábamos con azoro cuanto nos rodeaba o, como dijo el poeta, “cuando imperaban la sonrisa y el llanto, los juegos y las pedradas y nos creíamos gigantes”, en su obra la infancia es una estación para todos, pero sobre todo para Sosabravo, que no solo no la olvidó, sino que la convirtió en su tema mayor. Su obra puede considerarse un viaje al centro de la llamada Edad de Oro, esa zona ignota en la que crecimos alguna vez y que, cuando pensábamos que ya era un lugar cómodo para residir, nos vimos arrastrados al vértigo de la juventud. Sin embargo, hay algunos elegidos que permanecen por siempre en esa dimensión temporal, Sosabravo es uno de ellos. Lo lúdico o juguetón elevado a filosofía que estructura la imagen, ese es su sino. Lo lúdico como recurso para llegar a lo simbólico magistral y como comprensión madura de que el arte es un juego muy serio.

“De una versatilidad impresionante, su desarrollo en cada manifestación del arte lo convirtió en un artista universal”. El maestro Sosabravo junto al ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau. Foto: Juan Carlos Borjas

Hay tres rasgos que se me antojan centrales en la obra de Sosabravo y que están presentes tanto en el soporte sobre papel, ya sea grabado, pintura o dibujo, como en la generalidad de su trabajo tridimensional, me refiero a su condición babélica, la exuberancia de su colorismo y la naturaleza onírica, muy vinculante esta última con la cosmovisión infantil ya apuntada. Comencé por ella porque es la que resulta más visible y la que considero identifica mejor su quehacer creativo. De una versatilidad impresionante, su desarrollo en cada manifestación del arte lo convirtió en un artista universal. No puedo dejar de mencionar la excelencia técnica de toda su obra en cualquier soporte.

Al inicio, fue encasillado como artista naif, pero dicha clasificación duró muy poco como etiqueta, en cambio, su universalidad se reveló gradualmente. Cuando el artista es dueño de una fina y exquisita sensibilidad, como es el caso, lo denominado ingenuo o naif no es más que la capacidad de asombro ante la realidad. Sosabravo es un visionario dueño de una mirada muy poco contaminada por las iniquidades y perversiones de la vida, es una mirada límpida, cristalina, sin dobleces, sin malicia (aunque existe una zona de su trabajo que toca el erotismo y los misterios del cuerpo), una forma de ver el mundo plena de candor y con el humor e ironía suficientes para enriquecer ese imaginario. Maestro de lo lúdico, el artista ha disfrutado cada momento de su febril pasión creadora, él es de los que perdurarán por su autenticidad.

“No puedo dejar de mencionar la excelencia técnica de toda su obra en cualquier soporte”. Foto: Claudia Díaz

En la sencilla inauguración de esta muestra se donó a la Biblioteca Nacional por Sosabravo y René Palenzuela, su compañero y artista reconocido, una decena de libros y catálogos sobre su quehacer artístico, los que enriquecerán su Sala de Arte. Es importante señalar que Palenzuela ha tenido un relevante y decisivo papel en la protección y difusión de la obra del maestro, todas esas ediciones han estado bajo su cargo y constituyen una parte del registro del legado del gran artista. Afortunadamente, de esa forma se ha ido gestando una suerte de Catálogo Razonado por entregas, es decir, los libros que contienen sus trabajos, así como los catálogos que hablan de su evolución como creador, exposición por exposición, requerirían de varios estantes para guardarlos. Estamos hablando de 67 años de exponer su obra en galerías y centros de arte de todo el orbe. Sus obras y ese registro escritural quedarán para siempre.

Otras actividades y exposiciones marcarán la celebración del 95 aniversario de Sosabravo, será una jornada recién iniciada que seguramente se extenderán hasta finales del año y que concitará el interés de todos sus seguidores.