Maité Hernández–Lorenzo

Los ojos de Roberto

A veces, algunas personas me preguntan por él, como si Roberto no estuviera en la Casa. Se asombran cuando les cuento que sí, que siempre está ahí, que se sienta en su comadrita a leer montañas de papeles que suben desde el piso.  

Los ojos de Roberto

A veces, algunas personas me preguntan por él, como si Roberto no estuviera en la Casa. Se asombran cuando les cuento que sí, que siempre está ahí, que se sienta en su comadrita a leer montañas de papeles que suben desde el piso.  

No siempre llueve sobre mojado

Si en el Festival del Monólogo, creación y confrontación iban en paralelo, en la Jornada de Teatro Callejero el encuentro es el resultado orgánico de un largo proceso de construcción, reconstrucción, recuperación y conquista de la calle, del espacio abierto.