Buenas noches, estimado público, respetables invitados, queridos amigos de las escuelas participantes en el 28 Encuentro Internacional de Academias para la Enseñanza del Ballet, La Habana 2023, organizado por el Ministerio de Cultura de Cuba, el Centro Nacional de Escuelas de Arte, la Agencia Paradiso y, como anfitriona, la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso.

Quería decirles palabras del corazón…

Jornada inaugural del 28 Encuentro Internacional de Academias para la Enseñanza del Ballet.

El artista, dice Alicia, y no hace falta apellido, es como un árbol que necesita nutrirse de la tierra. Absorber de ella todos sus nutrientes para crecer y robustecerse. Solo así podrán nacer de él frutos saludables, y en ello está el secreto del Ballet Nacional de Cuba y la Escuela Cubana de Ballet. En sus raíces profundamente afianzadas en esta tierra, esta isla caimán del Caribe, con menos de 12 000 000 de habitantes y 110 864 kilómetros cuadrados, que emergen hoy como una de las más conmovedoras y genuinas historias de la cultura del ballet, imbricado profundamente en el tejido social como parte de la identidad de nuestra nación.

Este Encuentro Internacional de Academias está dedicado al 75 aniversario del Ballet Nacional de Cuba; a sus fundadores Alicia, Fernando, Alberto y Chery, a sus continuadores, a las cuatro joyas, a su público, y a su Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, que trabaja sin descanso formando bailarines que son presente y futuro de una compañía patrimonio de Cuba. Y hoy es un día de homenajear también a los maestros y trabajadores de esta Escuela.

“Nuestro maestro Fernando Alonso les aportó a sus alumnos la maestría y éticas pedagógicas, y les dio confianza para simultanear el trabajo interpretativo y la docencia, sin perder las perspectivas de que estaban formando para el futuro”.

El cubano Onelio Jorge Cardoso dice que el hombre siempre tiene dos hambres, la de pan y la de belleza. Es posible saciar la primera, pero la segunda es insaciable. El ser humano necesita soñar, crear, tener armas para enfrentar la vida, y el ballet las proporciona, además de un crecimiento espiritual sin límites.

Nuestro maestro Fernando Alonso les aportó a sus alumnos la maestría y éticas pedagógicas, y les dio confianza para simultanear el trabajo interpretativo y la docencia, sin perder las perspectivas de que estaban formando para el futuro. Esos son los frutos que recoge, atesora y renueva hoy en su 75 aniversario el Ballet Nacional de Cuba.

Bienvenidos a esta gran fiesta de la danza.

Gracias por todo lo que nos aportan. Gracias por ser nuestros amigos. Muchísimas gracias.