Revoluciones por minuto

Jorge Ángel Hernández
3/1/2019

Un minuto en el pulso de una isla

quedaría en estos años de revuelos y surcos,

soberbias, soledades, poesía resarcida,

y estas ansias de amar, temer, partir

(lejos del modal esqueleto de los verbos).

Una revolución sobre su marcha

no se mide en excesos ni se suma en espejos,

no se apila por cifras ni se colma.

Pulsa el minuto de vida que separa

la eternidad de sus goces cotidianos,

los sutiles entuertos que no pasan a culpa.

Un minuto en la isla de violentos azules

y demasiada luz alzando torres de Babel a puro polvo

es un tiempo infinito en la memoria,

ya sea del niño que lo cuenta apenas,

ya del hombre que apura su jornada

ya del primer recuerdo

que el futuro innombrable testifique.