23 de abril: Día Mundial del Idioma Español
Las alrededor de 500 millones de personas ─o más─ que hablamos español en el mundo tenemos en este idioma, el mayor, más preciado e inconsciente tesoro legado por quienes nos colonizaron. Y es curioso, porque entre los llegados con el arcabuz y la cruz los había hablantes de más de una lengua europea. Aun entre los propios españoles hubo provenientes de regiones diversas de una península en la cual, por entonces, no todos se comunicaban en la lengua de Castilla, o sea, nuestro español.
En esta lengua nuestra se ha recogido y expresado una cultura enorme, con un milenio más que cumplido de expresión, y se ha expuesto la historia del pensamiento de medio mundo.
“Del modo mismo que heredamos el español, lo hemos enriquecido con las voces autóctonas de cada país o región”.
Hablar de cifras conlleva inevitables inexactitudes, pero he aquí algunos datos reveladores de la universal difusión del español: en Estados Unidos, según referencias de 1990, lo hablan alrededor de 22 millones, aunque la cifra seguramente es hoy mayor. En Guinea Ecuatorial es el idioma principal, y en Marruecos, en especial en las ciudades del norte del país, se habla español. En Filipinas, donde predomina el inglés, el español sigue siendo común; en Andorra es oficial el catalán, pero el español tiene fuerza; en la isla de Pascua, de bandera chilena en medio del Océano Pacífico, hablan español; en Europa, el español gana cada vez más estudiantes y hablantes en Alemania, Francia, Suiza y países del Este. El español es la lengua oficial de 20 países en América, en algunos de ellos en perfecta armonía con otras lenguas originarias. Es también idioma oficial de numerosos organismos internacionales y como lengua materna es la segunda con mayor número de hablantes, después del mandarín, en China. Pero hay más: se afirma que es la segunda más internacionalizada, después del inglés, observándose que el interés en su estudio y utilización cuando menos se ha duplicado, siendo la primera entre las lenguas romances.
Del modo mismo que heredamos el español, lo hemos enriquecido con las voces autóctonas de cada país o región, un fenómeno acerca del cual José Martí comentó que “los idiomas han de crecer como los países, mejorando y ensanchando con elementos afines a sus propios elementos”.

El 23 de abril celebramos el Día Mundial del Idioma Español. Ello se debe a que, en esa fecha, pero de 1616, murió a los 68 años (algunas fuentes precisan que fue enterrado) Miguel de Cervantes Saavedra, insigne autor de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra de cabecera de la literatura universal. Y como la historia suele depararnos curiosas coincidencias, en igual fecha (día, mes y año) murió a los 52 años en Londres, William Shakespeare, el célebre Cisne de Avon, autor cimero de las letras inglesas y, por si fuera poco, también falleció en España, a los 77 años el Inca Garcilaso de la Vega, quien fuera llamado “el príncipe de los escritores del Nuevo Mundo” por ser nacido en El Cusco, Perú. De manera que sobradas razones existen para conmemorar cada año el 23 de abril.
El idioma español, hoy enraizado en nuestro diario acontecer, nos identifica, acompaña y une, algo muy importante en estos tiempos.

