Dinámica yo/nosotros en los Diarios de campaña de José Martí
En los Diarios de campaña de José Martí se verifica un viaje que va del yo al nosotros, que asume, con la naturalidad y envergadura de los ideales humanitarios y democráticos de Martí, este tránsito que permite “constatar y admitir el milagro de que a lo particular se le haya concedido lo ejemplar”. [1] Tal idea ha sido advertida de forma original y con acierto por la investigadora Mayra Beatriz Martínez en su ensayo “Martí en sus Diarios… las voces que lo acompañan”, [2] jugoso y novedoso acercamiento que demuestra la madurez ensayística de la autora, y su dilatado tiempo de dedicación a los Diarios de campaña, donde advierte el múltiple posicionamiento martiano respecto a la narración: se inscribe mediante el yo autoral, y también mediante la implicación directa en la red de relaciones de la vida narrativizada e, intencionalmente, a la par del resto de los involucrados, incluso, en ocasiones, llega a hacerse a un lado, cediéndoles absolutamente el lugar de enunciación todo lo cual permite que sean apreciados los Diarios como lo culminante en su literatura de viaje con presencia de narradores sustitutos ─informantes y compañeros de camino, en estilo directo─ que aparentan estructurar un relato según el cual desea reproducir de forma objetiva el curso de los acontecimientos. Ese múltiple posicionamiento le permite recuperar detalles del acervo tradicional y también sagas humildes y desconocidas, lo que democratiza el discurso y desencartona la Historia, a opinión de los investigadores, amén de brindar otras interpretaciones.

Específicamente sobre esa temática también fue concebido un libro muy valioso debido a la pluma de la mexicana Catherine Cosette Chi Güemez. Me refiero a Memoria del espíritu puro y encendido: El yo en los diarios (1895) de José Martí. [3] En esta aportadora obra se ubican los Diarios de campaña en su contexto por medio de tres niveles: el histórico, el marco discursivo de la escritura de los Diarios en la Cuba del siglo XIX, y el lugar que ocupa la escritura diarística en la obra martiana. Ya específicamente inmersa en el tema de su libro, fija las estrategias que complementan el panorama de la autofiguración en los Diarios, que son la necesidad de la escritura, la autofiguración en la selección de lo narrado ─donde Martí se autofigura como un personaje que despierta en otros devoción patriótica y sagrada─ y el estilo de proyección del yo, llegando a llamar al Martí de los Diarios “poeta en actos, poeta de sus propios actos”. Señala igualmente algo muy importante, y es la presencia del nosotros en porciento, siendo la suma de ambos un cien por ciento, porque, según ella, podemos ver que en el Diario de Montecristi a Cabo Haitiano hay un 19 por ciento de incidencias, con la manifestación del peso de la memoria del reconocimiento del hombre en los espacios que descubre y transita, mientras que en el Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos se presenta el 81 por ciento de los casos, con el peso de la memoria como deber ético. [4] Asimismo se identifican los elementos discursivos empleados por Martí para autofigurarse en los Diarios, refiere elementos capitales en la historia del diario como género literario, y algo que me parece muy atinado: advertir la relación que existe entre el sujeto autobiográfico latinoamericano y el surgimiento de las literaturas nacionales, con la consabida participación en las luchas por la independencia del continente. La exhaustividad de este libro es una de sus mejores cualidades, así como el rastreo e indización de la bibliografía activa y pasiva existente sobre los Diarios de campaña hasta nuestros días.
“Esta obra se enmarca en el ámbito de las relaciones entre sujeto autobiográfico latinoamericano y el surgimiento de las literaturas nacionales”.
Concluimos de este análisis que el múltiple posicionamiento narrativo martiano en los Diarios le permite recuperar sagas humildes desconocidas que democratizan el discurso y reflejan fielmente la historia; que la autofiguración de Martí como personaje despierta devoción patriótica y sagrada en los otros, y que es un hecho relevante la presencia del nosotros en los dos diarios. Esta obra se enmarca en el ámbito de las relaciones entre sujeto autobiográfico latinoamericano y el surgimiento de las literaturas nacionales, con la consabida participación en las luchas por la independencia del continente.
Notas:
[1] Ingeborg Bachman. “Comienzo de 1955. Anónimo”. Debemos encontrar frases verdaderas. Conversaciones y entrevistas, UNAM, México, D.F, 2000, p. 15.
[2] Mayra Beatriz Martínez. “Martí en sus Diarios… las voces que lo acompañan”. Anuario del Centro de Estudios Martianos, n. 38, La Habana, 2015, pp. 87 – 102.
[3] Catherine Cosette Chi Güemez. El yo en los diarios (1895) de José Martí. El Colegio de Michoacán, Michoacán, 2020. Este libro constituye la Tesis de graduación de la autora de la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM en 2018.
[4] Sobre el hecho de considerar a los Diarios como un solo texto, como lo hace Mayra Beatriz Martínez, la autora afirma: “aunque concuerdo con Martínez cuando señala que ambos diarios ‘pueden juzgarse articulados en la misma épica narrativa, el registro de sus avatares caribeños en pos de su incorporación a la Guerra Necesaria’ considero también que la escritura de estos merece, en principio, una diferenciación que responda a la variación del contexto situacional de cada uno”. O. cit, p. 77.

