El discurso del cuerpo en los Diarios de campaña de José Martí
Al protagonismo del cuerpo en los Diarios de campaña se dedican algunos ensayos en la amplia bibliografía pasiva que conforma esta obra modélica martiana. Comentaremos aquí estudios de Mayra Beatriz Martínez, Gerardo Fernández Fe y María Fernanda Pampín.
En 2003 Mayra Beatriz Martínez publica “Ocho notas en torno al cuerpo de / en José Martí” [1], que trata sobre el discurso martiano vinculado a la relevancia de su ser en relación con lo perceptivo, individual y primario; desdeñada en gran número de interpretaciones posteriores y velada intencionalmente por el autor para la concepción de sus ideas, aunque son un fundamento necesario de la vigencia que ellos puedan tener entre nosotros, los contemporáneos y que está vinculada también inevitablemente al discurso de su deber ser. Y es la presencia en su literatura de viajes, y, especialmente, en los Diarios de campaña, de un discurso erótico que impugna el orden moral establecido y la pasión erótica o el placer manifestado, que revela al cuerpo como gloria. Por ejemplo, a través del registro del cuerpo femenino, condicionado por el hecho obvio, según la autora, de que generalmente, no son textos concebidos para ser publicados.
En tal sentido, llama la atención sobre retratos de mujer de carnalidad extrema en el Diario de Montecristi a Cabo Haitiano, que llegan a velarse en el Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos: su evidente “necesidad de belleza”, manifiesta en la pulsión erótica de su discurso del cuerpo femenino, al llegar a tierra cubana, vuelve a velarse como si un respeto profundo, una dulzura inefable lo embargasen. La espiritualidad —el deber ser— recobra su preeminencia y escamotea el ser sibarítico martiano. En estos casos de referencia (Caridad Pérez Piñó, Emilia Sánchez Callá) con cierta connotación erótica, desaparece el registro de atributos sexuales primeros; solo se mencionan ojo, cabellos, y pies; y la vestimenta que ha de proteger su corporalidad.
El cuerpo femenino en el Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos vuelve a esconderse mientras cede lugar al del hombre, convertido en protagonista de esta trama. También como una explosión del eros, pero no pretencioso, ni utilitario, considera a los Diarios de campaña el escritor cubano Gerardo Fernández Fe en su muy original ensayo “Fragmentos de Martí” [2], publicado como parte de un libro que estudia los diarios de varias figuras descollantes de la literatura universal, escritos en situaciones límites como la enfermedad o la guerra.
“(…) las ideas de la personalidad de Martí que trascienden en los Diarios son la vehemencia del joven y maduro Martí”.
Es un ensayo atenido y fascinado, fresco y gustoso, que profundiza en la manera en que se refiere el cuerpo en los Diarios de campaña, y su diferencia de ese reflejo en otras obras suyas. Allí aplica a Martí categorías ya existentes, pero que no habían sido asociadas con la figura, y emplea una manera peculiar de conceptualizar a los Diarios: “A poco menos de dos meses antes de morir, José Martí se somete al cuerpo desde el lenguaje, en lo que llega a ser un caligrama impreciso y sensual, una porosidad fictiva”.
Se establece una relación escarpada entre su cuerpo y los accidentes políticos que el mismo genera, o lo que es decir los avatares del par cuerpo / deber. Fernández afirma que en las cartas y discursos también deslumbra el cuerpo que Martí necesita como contrapartida, antípoda, extremo de la balanza, mientras del otro lado, con mayor peso, aparecerá el deber. Porque en la manigua a Martí no le es posible prescindir del deleite (tampoco quiere), y se vinculan en los Diarios deleite y trascendencia, porque no hay diario íntimo exento de la idea de trascendencia. Todo diario se sabe leído. De ahí esta vanidad de comentador que tiene ojos para ver lo que nadie ve, de botánico, de taxonomista, del notario que acumula cuerpos (legajos) no con prurito de historiador, sino para su complacencia.
Según este escritor, las ideas de la personalidad de Martí que trascienden en los Diarios son la vehemencia del joven y maduro Martí, su Eros político; el afán de sobreponerle al dolor del cuerpo el deber; la pulsión socrática de transmitir un saber y de morir callado, y la convicción mesiánica que consiste en mirarse como luz, saberse grande y conductor, tocado por un telos y su consiguiente intuición de una muerte joven. Fernández bautiza las preocupaciones de Martí en los Diarios como confesión del cuerpo político, y estima que en ellos el héroe prevé el futuro político de Cuba: sinsabores entre los insurrectos, empuje mambí, ocupación norteamericana, autarquías, golpes de Estado, república de generales y doctores. Habla de la presencia de un nervio sacrificial en Martí que lo lleva a realizar un paralelo entre nuestro primer escritor y Sócrates, donde destaca la condición del cubano de ser punto cenital del eudemonismo, que es la doctrina moral que identifica la virtud con la alegría de realizar el bien; la reacción contra el utilitarismo, y su entrega a una causa por simple amor; de la trasmisión de un legado que posee no sólo saber libresco, sino una energía moral y la lógica sacrificial.
“Fernández bautiza las preocupaciones de Martí en los Diarios como confesión del cuerpo político, y estima que en ellos el héroe prevé el futuro político de Cuba”.
Sobre el regocijo del cuerpo ante la naturaleza en los Diarios versa el ensayo “El regocijo hasta el extremo. La experiencia corporal en los Diarios de José Martí” [3], de María Fernanda Pampín. De tal regocijo, refiere que aunque ya aparecía en el primer diario, se intensifica en el segundo, lo que significa un regreso a la naturaleza y, fundamentalmente, un reencuentro con sí mismo, con su cuerpo y con su patria, donde la noche es la culminación de este regocijo hacia la naturaleza, que es capaz de transmitir aquí sensaciones de sosiego y armonía, dada a través de descripciones visuales que implican el tacto y el oído. Porque la naturaleza es refugio, alimentos, medicinas. No obstante, advierte que el goce del hombre en la naturaleza no es permanente, solo surge cuando logra confundirse con ella. La estudiosa argentina fundamenta el protagonismo del cuerpo en los Diarios en la relación que establece el cuerpo con la escritura, ya señalada por Celina Manzoni; el cuerpo se salva por la escritura, la existencia del cuerpo amenazado es la condición de realización de la escritura.
“El estudio del discurso del cuerpo en los Diarios de campaña ha permitido reparar en las relaciones que en los mismos se establecen entre el ser y el deber ser, con relevancias del primero”.
En tal sentido, termina por clasificar a los Diarios como un relato de aprendizaje trascendente que lo acerca a la naturaleza y al placer no solo de vivir, sino también de morir en su tierra y en la guerra. Este es tema cardinal de su poesía desde los textos de formación hasta los de madurez, según Pampín: la obsesión por la vida y obsesión por la muerte, tratado con excelencia, a criterio de la ensayista, por Calvert Casey en su ensayo “Diálogos de vida y muerte”, que estudiaremos más adelante. Señala igualmente la existencia de tres tipos de diarios en esta obra: el diario íntimo, que funciona como el tipo central que contiene los dos restantes, el diario de campaña, cuyos elementos son los sentimientos de dolor, angustia, incertidumbre, exaltación de la muerte, y el diario de viaje, que se transparenta a través del goce de los sentidos y el retorno a la naturaleza.
Balance
El estudio del discurso del cuerpo en los Diarios de campaña ha permitido reparar en las relaciones que en los mismos se establecen entre el ser y el deber ser, con relevancias del primero; en la presencia de un discurso erótico y una pasión erótica que revela al cuerpo como gloria, reflejado a través del registro del cuerpo femenino; en los Diarios como explosión de un eros no pretencioso, donde al cuerpo se le opone el deber como categoría; en las relaciones que se establecen en los Diarios entre deleite y trascendencia de esta obra literaria; en la relación de Martí con Sócrates porque puede afirmarse que nuestro escritor es punto cenital del eudemonismo: doctrina moral que identifica la virtud con la alegría de realizar el bien; en el regocijo del cuerpo ante la naturaleza en los Diarios, donde Martí se encuentra con sí mismo, con su cuerpo y con su patria, lo que se traduce en sensaciones de sosiego y armonía; en el protagonismo del cuerpo en los Diarios fundamentado por la relación que se establece entre cuerpo y escritura: la existencia del cuerpo amenazado es la condición de la realización de la escritura, y por ser los Diarios un relato trascendente que lo acerca a la naturaleza y al placer no solo de vivir sino también de morir en su tierra y en la guerra; y, por último, comprender que a través de los elementos correspondientes al diario de viaje es que se transparenta en estos Diarios el goce de los sentidos y el retorno a la naturaleza.
Notas:
[1] Mayra Beatriz Martínez. “Ocho notas en torno al cuerpo de / en José Martí. Revista Islas, 45 (136):18- 38, abril- junio 2003.
[2] Gerardo Fernández Fe. “Fragmentos de Martí”, en Cuerpo a diario, Editorial Tsé Tsé, Buenos Aires, 2007. (Leído en Anuario del Centro de Estudios Martianos, n. 38, La Habana, 2015, pp. 109 – 127. En el libro estudia los diarios de figuras como Kafka, Grunberg, Walter Benjamín, el Marqués de Sade, Jünger, Drieu, La Rochele y Wittgenstein.
[3] María Fernanda Pampín. “El regocijo hasta el extremo. La experiencia corporal en los Diarios de José Martí” en XXIV Jornadas de investigadores del Instituto de Literatura Hispanoamericana. Facultad de Filosofía y Letras, UBA. Buenos Aires, Marzo de 2011. La autora nació en 1978 y es licenciada y Doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Instituto de Literatura Hispanoamericana de Buenos Aires. Su tesis doctoral se tituló “José Martí y la tradición emersoniana del hombre natural. Recorridos intelectuales en el fin de siglo”.