Una triste noticia embarga al ámbito de la danza cubana: el fallecimiento, en la noche del martes 1 de julio, del reconocido crítico y profesor Ismael Santiago Albelo Oti, de larga y valiosa obra en el quehacer de nuestra danza escénica profesional. Nacido en La Habana, desde muy joven sintió una gran vocación por ese arte al que quiso dedicarse de manera profesional, sueño que no pudo realizar por múltiples razones, aunque vivía orgulloso de haber tenido como profesores, en el movimiento de aficionados, a dos relevantes figuras como Clara Luz Rodríguez y Santiago Alfonso. Realizó estudios de Arquitectura y de Historia del Arte en La Universidad de La Habana, y su pasión por la danza lo llevó a trabajar como especialista en las Direcciones de Proyectos Artísticos y Relaciones Internacionales en el Consejo Nacional de las Artes Escénicas del Ministerio de Cultura de Cuba, labor que desempeñó hasta el año 2009.
A partir de entonces desplegó una amplia labor como crítico y comentarista en la radio y la televisión cubana, especialmente como conductor del programa televisivo ¡Bravo! dirigido por Roberto Ferguson.
Ismael Albelo fue fiel exponente de la cultura cubana, a la que sirvió siempre con suma lealtad.
Lo conocí en 1965, cuando el Ballet Nacional de Cuba trasladó su sede de presentaciones para el Teatro García Lorca, durante el estreno de una nueva versión de El lago de los cisnes, dirigida por Alicia Alonso.
Era un fiel seguidor, no sólo del quehacer de nuestras compañías danzarias, sino de todas las manifestaciones culturales, como la ópera, el teatro lírico, la música sinfónica, el teatro dramático o el musical. Tuve el honor de vincularlo a empeños donde aportó su gran talento como crítico: el programa Ballet y la revista Cuba en el Ballet, a la Escuela Nacional de Ballet y a la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes, donde desplegó una valiosa labor docente como profesor de Repertorio teórico y de Historia y Teoría de la Danza. Siempre presto a su superación profesional, alcanzó una Maestría en Ciencias de la Cultura y posteriormente el Doctorado en Ciencias sobre Arte, en la Universidad de las Artes.
Fue un gestor cultural que se vinculó a eventos de gran valía como el Festival Los Días de la Danza, que dirigió durante 10 años, a las actividades del Premio Nacional de Danza, del cual fue jurado, los Festivales Internacionales de Ballet de La Habana, entre otros muchos. De extraordinario valor fue su trabajo como tutor o profesor consultante en los ejercicios académicos de figuras tan destacados como Ofelia González, Pablo Moré, Viengsay Valdés o Sadaise Arencibia, entre muchos otros, que fueron sus alumnos.

Fue especialista invitado de varias universidades, escuelas, festivales y compañías de danza en Estados Unidos, en varios países europeos, en Corea del Sur y Sudáfrica.
En el 2012 la Editorial Cúpulas de la Universidad de las Artes de Cuba publicó su documentado libro Repertorio de Ballet en el siglo XIX, de sumo interés para especialistas e interesados en el arte de Terpsícore.
Fue también Coordinador para Cuba del Consejo Internacional de la Danza de la Unesco.
Su muerte nos priva de un fiel exponente de la cultura cubana, a la que sirvió siempre con suma lealtad.