Me subvertía revolucionariamente con su alma pura y la moral de una vida ética.

Te queremos profundamente como sólo se te puede querer. Se te extraña con la pupila humedecida.

Te abraza, una de tus ahijadas políticas.

¡Iroel Sánchez, Hasta la Virtud siempre!

Tomado del perfil de Facebook de la autora