Bendita profesión

Rubén Ricardo Infante
5/6/2020

En momentos tan complejos y en un escenario tan difícil como este, generado por la propagación de una enfermedad nunca antes vista, las instituciones culturales y sus trabajadores han buscado diversas maneras para hacerse sentir. El universo digital ha permitido que cada centro promueva en sus perfiles o cuentas la labor de sus trabajadores y especialistas.

Biblioteca Nacional José Martí. Fotos: Internet
 

Una de estas instituciones que se ha mantenido promoviendo su quehacer es la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí (BNCJM), ahora cuando se aproxima el Día del Bibliotecario es pertinente repasar algunas de las acciones que ha realizado en esta etapa.

A través de su portal web http://www.bnjm.cu se promueven todas las acciones que llevan a cabo en la institución. En días recientes conocimos a través de este espacio la donación realizada por la Cinemateca de Cuba de la Biblioteca del intelectual cubano Alfredo Guevara como parte de los fondos que atesora la BNCJM.

Mediante esta sección noticiosa también se ha reportado la labor de las diferentes bibliotecas en todo el país, las medidas tomadas para sostener su función en medio de la actual circunstancia sanitaria.

Sería muy difícil encontrarle un matiz positivo a la pandemia, pero podemos afirmar que la misma ha posibilitado la concepción de una nueva dinámica laboral, personal, social. Ámbitos en los cuales se ha hecho necesario replantear métodos, cambios esquemas de trabajo, lograr flujos de interconexión y posibilitar una efectiva promoción en sitios digitales y redes sociales.

Hace unos meses ninguno de nosotros podría imaginar la realización de lecturas, presentaciones literarias o eventos desde las redes sociales, sin embargo, la necesidad nos ha adaptado a una realidad más inmediata y que todos hemos hecho más e(a)fectiva.

Pero la sistematicidad de las labores en la Biblioteca Nacional no se circunscribe únicamente a la promoción de sus acciones, sino que ha continuado su empeño en la promoción de la lectura y las iniciativas desplegadas por editoriales cubanas con la liberación de sus títulos para la descarga.

Por su parte, la revista Librínsula  revista de literatura en la isla de los libros, ha posibilitado también la realización de entrevistas a escritores y promotores culturales, artículos que recogen las historias de nuestras instituciones y las reseñas de títulos publicados en los últimos años.

Librínsula, la isla de los libros, revista digital de la Biblioteca Nacional.
 

Librínsula “abre una etapa provisional de números especiales en tiempos de pandemia, para llevar a los lectores lo que está ocurriendo en el mundo en el ámbito de la literatura, las bibliotecas y el libro”.

A propósito del debate en torno al libro digital, plantean en su Nota editorial: “Queda superada la vieja pugna entre el universo analógico y el digital. El aislamiento humano y el distanciamiento físico al que ha llevado la Covid 19, nos ha conducido a vivir una existencia con la que muy pocos contaban: la vida supeditada al espacio virtual”.

Cuando se acerca el Día del Bibliotecario Cubano, los miembros del equipo de redacción de Librínsula anuncian la inclusión de textos que refieren de esta profesión y sus principales retos en el presente. En los próximos días estará disponible este número, el 396 de una revista que visualiza el universo literario cubano, propone lecturas para tiempos de confinamiento social y nos recuerda que cuando el lector llega a una biblioteca ese ser amable y conocedor que nos recibe es merecedor de todo nuestro respeto.

La fecha —seleccionada en Cuba como homenaje al nacimiento de Antonio Bachiller Morales (1812-1889), gran intelectual que desplegó una intensa labor como periodista, historiador, abogado y bibliógrafo, y que es considerado como el Padre de la Bibliografía Cubana— cada año genera diferentes acciones como tributo a los profesionales de esta área tan valiosa para el desarrollo científico, cultural e investigativo.

En una de sus áreas, la investigación en el terreno literario no sería tan fácil si no se contara con bibliotecarios preparados, siempre dispuestos a asesorar un proyecto, proponer otras lecturas y fuentes o conducirnos hacia el ejemplar buscado. Esa labor, muchas veces anónima, requiere todo nuestro reconocimiento. Ellos tienen la necesaria compañía de los libros. ¡Bendita profesión!