Bobby Carcassés no solo es el Showman de Cuba. No solo es uno de nuestros Premios Nacionales de Música y referente de histrionismo singular desde la composición, la interpretación, el baile y la pedagogía. Bobby es un talentoso ser humano que no se aprovecha de esa virtud para exceder los límites de la humildad y la modestia.

Es el actual Presidente de Honor del Festival Internacional de Jazz en Cuba y fue el primero que tuvo el evento por haber sido fundador. Tomar en cuenta sus criterios al respecto de la organización de cada año es acertado porque como dijera al inicio de su concierto en el Teatro Martí: “Mejor es tener una gran sede con algunas pocas subsedes para específicas presentaciones de pequeño formato, que tener tantas sedes con tantos espectáculos complejos”. Coincide con Bellita, musicóloga, pianista y compositora y líder de Jazz Tumbatá, cuando expreso años atrás en una entrevista publicada en esta revista que “un festival de jazz no es una olimpiada”.

“Los integrantes de B´jazz, de diferentes generaciones, fueron impecables en su desenvolvimiento y así se pudo comprobar que la música y el jazz en especial, une de corazón”.

Bobby volvió al teatro que lo vio, muy joven, alrededor de 1966. Trajo el afrojazz en un espectáculo en el que se hizo acompañar de B´Jazz, agrupación que lidera la flautista y compositora Belinda Guerra y de invitados de renombre.

Desde Estados Unidos estuvo su amigo, el trombonista Dick Griffin, a quien le compuso un blues, y el flautista David Perkoff. Además, para deleite del público, se presentó la simpática cantante canadiense Gigi Marentette, a quien escuchamos en los temas “Talk to the wind”, “Easy to be hard” y “Spinning Wheel”. También participó el trompetista cubano Alejandro Delgado y los bailarines Liana Taly, de la compañía Acosta Danza y Reynaldo Baró, presentado por Bobby como “el Michael Jackson de la rumba”.

Bobby cantó, tocó el piano, bailó y así disfrutamos de Summertime, Tenderly, el blues para su amigo el trombonista, “Bésame mucho” y “On green dolphin”. Los integrantes de B´jazz, de diferentes generaciones, fueron impecables en su desenvolvimiento y así se pudo comprobar que la música y el jazz en especial, une de corazón.

“Bobby estuvo feliz. Y (…) demostró la alegría que le inunda cuando hace lo que más le gusta”.

Desde Santiago de Cuba, el cuarteto de saxofones Magic Sax, liderado por Juan Chacón, regaló dos temas. Uno de ellos, de la autoría de Iván Acosta, “El sueño de Oggún”, y el otro con Bobby cantando, de la autoría de Chucho Valdés, “Tres días”. Ellos le adicionaron al espectáculo lo “sabroso” de la Tierra Caliente, con el vaivén de sus cuerpos y las palmas compartidas.

Fui testigo tras el telón, antes de comenzar, de su vitalidad y maestría al decir: “Si algún músico no ha llegado a la hora de iniciar el concierto, no importa. Empezamos y yo canto, voy al piano, cambio el programa, hasta que llegue, porque hay un respeto al público que ha venido a disfrutar a la hora prevista”. Es un ejemplo en todos los sentidos.

Bobby estuvo feliz. Y con todos sus años cumplidos encima, demostró la alegría que le inunda cuando hace lo que más le gusta.