Fue 1992 el año en que el espíritu Codanza y su mito —el espíritu vivo del fuego— comenzó a crecer en la ciudad de Holguín hasta reafirmarse, en la actualidad, como una de las principales compañías de la danza contemporánea cubana. Ese año se abrieron al público, con la guía de la maestra Maricel Godoy, los misterios de la creación danzaria, las expresiones del cuerpo en la escena.

A la Compañía de Danza Contemporánea Codanza la he visto, en los últimos trece años, crecer y tantear búsquedas creativas. Arriesgarse y madurar en cada puesta en escena. Incluso levantarse y rearmarse más de una vez, para volver al escenario con idénticos bríos, esos con los que retorna al tabloncillo del Complejo Cultural Teatro Eddy Suñol bajo la mirada de la bailarina, coreógrafa y maestra Vianki González Miranda, su nueva directora y una de las fundadoras de un colectivo que fue creciendo hasta hacerse vital en la memoria afectiva del público.

“Codanza nunca va a perder su sello. Mientras exista una fundadora estaremos en movimiento y por lógica no se perderá la estética de Codanza”, asegura Vianki, uno de los rostros más visibles de la compañía y profesora especializada de primer nivel. En Codanza participó en eventos, giras, presentaciones y talleres en Cuba, México, España, Venezuela, Alemania, Austria y Suiza. Integró la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y es miembro de la Uneac. Ha recibido reconocimientos por su desempeño como bailarina, coreógrafa y profesora, entre ellos varios premios de la Ciudad, tanto en interpretación como en coreografía, del Concurso de Danza del Atlántico Norte y Grand Prix Vladimir Malakhov, así como el “Venga la esperanza”, de la AHS, la Medalla Raúl Gómez García y el Premio Alberto Dávalos, que entrega el Consejo Provincial de las Artes Escénicas de Holguín por una vida dedicada a la escena.

A juicio de su directora, Vianki González Miranda, ninguna de las obras de Codanza busca ser complaciente ni con el público ni con la crítica. Foto: CPAE Holguín

Ninguna de las obras de Codanza —herederas del estilo cubano de danza moderna, unido a conceptos abanderados por Pina Bausch, entre otros maestros, y enriquecidos mediante los aportes del trabajo con reconocidos coreógrafos cubanos y extranjeros— busca ser complaciente ni con el público ni con la crítica, ni mucho menos con un colectivo que ha sabido reinventarse y crecer, asumiendo los riesgos como parte de su concepción fundacional, pues saben que solo lo difícil resulta estimulante.

Pertrechados por la osadía conceptual con que articulan sus discursos, Codanza nos ofrece una mezcla de múltiples significados y aleaciones culturales: la complejidad y la pasión con que asumen la danza para entregárnosla hace posible cada una de las obras, como veremos próximamente en escena con la puesta de Se permuta la casita, a partir de una coreografía de Robert Priore, Kardia, original de Vianki para esta temporada, del 31 de enero al 8 de febrero, en la sala Raúl Camayd del principal escenario holguinero; a la que se suma Génesis y Filtros, además de Antropos, de José Ariel Ramos.

Desde hace aproximadamente cuatro meses, el trabajo de Vianki González al frente de Codanza, con una nueva generación de bailarines, en su mayoría estudiantes, reafirma las búsquedas iniciales: la fuerza, vitalidad y destreza que siempre la han caracterizado. Todo esto ha sido “un reto, pero Codanza sigue viva, así será mientras sigamos soñando con la danza”, nos reafirma una artista que cree en la superación de los retos, en la continuidad y los nuevos horizontes.

La compañía posee bailarines limpios, con destreza, agilidad y un grado de interpretación profesional que la distingue. Foto: CPAE Holguín

¿Qué crees que caracteriza a Codanza en el panorama artístico nacional?

“Codanza, después de treinta y dos años en la palestra pública, se reafirma como una de las mejores compañías del país, por sus logros y reconocimientos en el decursar del tiempo. En el panorama nacional hemos sabido ganarnos ese sitio, aunque haya pocas compañías similares. Además de ser reconocida por la crítica y el público, Codanza ha sabido renacer siempre.

“La compañía posee bailarines limpios, con destreza, agilidad y un grado de interpretación profesional que nos distingue. Cada colectivo tiene un sello en movimientos y Codanza no se mueve como lo hacen otras compañías. Nos mueve, desde Holguín, la defensa y la pasión por la danza”.

Asumes la dirección de un colectivo con más de treinta años y digamos que una estética marcada; tres décadas de las que has sido también protagonista. ¿Cuánto hay de continuidad y cuánto de ruptura o innovación? ¿Estaremos ahora frente a una nueva Codanza?

“Continuidad, sí. Romper con la estética, también puede pasar, por qué no. Cuando tú rompes algo descubres o redescubres cosas que quizá no hayas visto en algún momento, eso también puede ser muy interesante para la danza, que es algo vivo pero efímero. Entonces romper con códigos o cánones es importante para la compañía, y para mí como coreógrafa y directora.

“Siempre habrá una nueva compañía a través de los nuevos bailarines”, opina Vianki. Foto: CPAE Holguín

“Estamos frente a una nueva generación y no puedes alejarte de la juventud y sus inquietudes. Tienes que ser ágil en ese sentido, aunque ellos tengan que respetar la estética de la compañía, la caracterización por más de tres décadas años, pues si Codanza pierde su sello, perdería todo, lo que no va a ocurrir. Puede pasar de todo; sí, pasará, pero será a favor de la danza y la compañía.

“Al ser fundadora de Codanza, los bailarines y todo lo que salga en la nueva dirección que asumí hace cuatro meses, tendrán la estética de Codanza. Soy Codanza también, fundadora, profesora de la compañía, coreógrafa… Habrá una continuidad, pues hemos tenido la participación de disímiles coreógrafos y no se ha roto la estética de la compañía. Al nutrirnos de otras corrientes, la compañía crece en conocimiento. Codanza nunca va a perder su sello, mientras exista una fundadora estaremos en movimiento y por lógica no se perderá la estética de Codanza. Estuve un año fuera, que me hizo entender muchas cosas al estar trabajando con los niños. ¿Una nueva Codanza?, claro. Siempre habrá una nueva compañía a través de los nuevos bailarines. Es como una buena botella de vino. Me gusta esa imagen. La abres y tomas, pero la puedes volver a llenar.

¿Cuál es la línea de trabajo que piensas poner en práctica en la compañía?

“No voy a hacer una línea nueva, pero estaré abierta a muchas cosas. Como he crecido dentro de Codanza como bailarina, coreógrafa y maestra especializada, no creo que haya una nueva línea, sino nuevos comienzos o formas de realizar procesos creativos a partir de esta nueva generación, que viene con deseos de ‘comerse el mundo’; una nueva generación que estoy recomponiendo, porque no puedo negar que vienen con vacíos intelectuales y prácticos. La nueva línea será seguir con la estética de Codanza y sobre esa, podernos movernos en nuevos horizontes.

La directora de la compañía opina que no habrá una nueva línea, sino nuevos comienzos o formas de realizar procesos creativos a partir de esta nueva generación. Foto: Carlos Rafael

Codanza ha sabido como pocas compañías armarse y rearmarse, nutriéndose de bailarines jóvenes… Ahora mismo son bien jóvenes los que veremos en escena. ¿Cuáles crees son sus principales ventajas y también las desventajas de un colectivo joven en formación?

“Como un rompecabeza, Codanza se ha armado y rearmado. Ha sabido volverse a formar gracias a la maravillosa y talentosa Maricel Godoy. Siempre que exista una cabeza firme, creadora, luchadora y amante de la danza como hecho artístico, se armará otra vez. Tengamos en cuenta que hay personas al lado parapetando estas cosas que suceden, como el proceso migratorio que hoy nos está afectando mucho. Hemos sabido remontar otra vez el vuelo y creo que lo haremos siempre.

“Estoy trabajando con muchachos muy jóvenes, aprendiendo sobre la marcha. No son desconocidos, los formé en la escuela y fueron a pase de nivel con una obra realizada por mí. Los conozco muy bien en el proceso creativo y eso es un arma poderosa: saber qué es lo que te llega, porque ya tienes el conocimiento visual y corporal al haber trabajado con ellos. Eso es algo bueno y a mi favor ahora que asumo la dirección de la compañía. Codanza siempre ha sido una escuela y va a salir a la palestra con bailarines de práctica preprofesional de la Escuela Profesional de Danza Alfredo Velázquez Carcassés, de Guantánamo. Es para mí un honor poderlos volcar al mundo de la plataforma inmensa de profesionalidad que tiene la compañía; y para ellos, por supuesto, asumirlo es difícil.

“Pero es un reto, pues Codanza sigue viva y así será mientras sigamos soñando con la danza. Son muchachos jóvenes que no son profesionales, un elenco que saldrá en temporada al Complejo Cultural Teatro Eddy Suñol y estoy sumamente orgullosa de poder formar parte de este milagro que está ocurriendo en Codanza, donde estos jóvenes saldrán bailando y asumiendo el rol protagónico de una compañía que tiene en su maleta un recorrido de treinta y dos años en la escena.

“Que haya deseos de hacer me motiva hasta más cualquier limitante, me hace crecerme más ante las dificultades”.

“Ventajas, muchas; desventajas, pocas. Asumir una dirección en un momento en que tiene una plantilla viva de dos bailarines y hace dos años que no estrena, es difícil; pero estar saliendo al público con jóvenes estudiantes (aunque para mí ya sean bailarines) es un orgullo; y además que el público pueda decir que parezcan profesionales o lo bien que han podido asumir sus roles.

“En práctica tengo siete estudiantes, de aproximadamente dieciocho años… ¡Cuán maravilloso es salir de temporada y que con tan pocos bailarines se haga tanto! Que haya deseos de hacer me motiva hasta más cualquier limitante, me hace crecerme más ante las dificultades. Lo maravilloso es saber que esto es lo que tengo y qué voy a hacer y con qué calidad… Creo que todo para mí serán ventajas y no desventajas, que harán que florezca la danza en nuestra provincia”.

Próximamente estrenarán coreografías, presentando de alguna manera la compañía a un público que espera por Codanza… Coméntame sobre estas presentaciones, sobre las obras…

“Se presentarán varias piezas. Realicé una versión sobre la original de Casita, de Robert Priore, llamada Se permuta la casita. Van a ver una Casita que el público conoce, pero no será la misma. La coreografía no está montada completa, no tengo tantos bailarines. Quería rescatar algo del repertorio, pero al quedarse dos bailarines, no hay repertorio vivo. Y con lo que tengo hice una versión sobre la original, con otro vuelo y otras vías. Hay cambios, con el respeto profundo hacia su coreógrafo, pero no podía dejar de poner algo del repertorio vivo de la compañía. Además, se presentará Kardia, el estreno mundial hecho por mí y que va sobre eso mismo: mientras haya un corazón palpitante habrá vida. Siempre que quede uno o dos, nada muere”.

En la venidera temporada se estrenarán varias coreografías, entre ellas Se permuta la casita. Foto: Carlos Rafael

Codanza funciona además como una unidad docente…

“Codanza siempre ha sido una escuela. Así se han formado las generaciones de bailarines en la compañía. Es lo que está pasando ahora mismo. Llevo ya varios años siendo profesora de repertorio de la escuela, llevando a paso de nivel la asignatura y las obras que se han hecho en la escuela, también con premios en coreografía en concursos regionales de escuelas. Por eso me interesa unir la unidad elemental a nuestra compañía, que exista esa retroalimentación básica”.

¿Qué características tendría tu Codanza ideal?

“La Codanza ideal es la que ha existido desde hace de treinta y dos años y la que seguirá existiendo. Quizá no esté yo mañana, pero seguirá la Codanza de siempre con la misma disciplina, porque fui formada bajo la tutela de Maricel Godoy y como está en mí, será la misma.

“Que existan nuevas inquietudes, sí; que experimente nuevas cosas, sí… pero eso no quita que vaya a cambiar a una Codanza nueva. Un día tras otro y tiempo al tiempo. Asumir una dirección lleva consigo determinar o cambiar ciertas y determinadas cosas, pero si después de tantos años Codanza ha existido, en la que he estado, mano derecha de Maricel, asumiendo las clases, los ensayos, no creo que cambie mucho; pero dentro de todo eso hay que hacer un aparte para que puedan suceder nuevas cosas, pero nunca se pueden perder las esencias. Cuidaré de seguir con el mismo rumbo con los actuales y nuevos bailarines, y una nueva visión, porque Vianki piensa diferente”.

El proyecto Poiesis permitirá que la provincia cuente con una escuela y una cantera maravillosa. Foto: CPAE Holguín

Estás al frente del proyecto Poiesis, que es una cantera de jóvenes bailarines en la Escuela Elemental de Arte Raúl Gómez García… Podrías comentarme sobre sus características, objetivos…

“Poiesis nace dentro de la Escuela Elemental de Arte, en el Departamento de Danza. Fue una encomienda que se me hizo y la asumí. Lo parí y es un proyecto hermoso. Estoy enamorada del proyecto, de los niños. ¡Cuánto he aprendido trabajando con el proyecto y como profesora en la escuela Elemental de Arte, a cuya dirección agradezco por el amor y el respeto hacia mí, que es recíproco! Para los integrantes de Poiesis, proyecto creado hace un año, ha sido una motivación.

“Agradezco al maestro Oreste Saavedra, director de la Orquesta Sinfónica de Holguín, que creyó en mí y nos invitó al evento Fiesta Sinfónica. Ahí salió al público por primera vez Poiesis. He aprendido muchísimo, porque estaba acostumbrada a montar con bailarines profesionales; créeme que vi y estoy viendo resultados. Mi mayor objetivo es que estos niños salgan, conozcan la cultura de su provincia y de otras manifestaciones en las que ellos pueden unirse; que vean eso como algo familiar. Así llegarán a nivel medio con un conocimiento y luego a las puertas de Codanza con más saberes… Así se van nutriendo y empiezan a compartir con la compañía y otros bailarines. Deseamos con el trabajo de Poiesis que el público vea que contamos con una escuela y una cantera maravillosa, y que los niños sigan enamorándose de la danza y de nuestra cultura”.

Coreógrafa, bailarina, profesora, directora… ¿Si tuvieras que escoger una de ellas cuál sería?

“Sería coreógrafa. La creación es mi gran pasión, aunque he descubierto que el magisterio me gusta, sobre todo cuando veo los resultados, los logros tan bonitos y útiles de estos niños en la escena”.