“Un libro nuevo —escribía el Héroe Nacional José Martí— es siempre un motivo de alegría, una verdad que nos sale al paso, un amigo que nos espera, la eternidad que se nos adelanta, una ráfaga divina que viene a posarse en nuestra frente”.

He recordado ahora el magisterio del más trascendente revolucionario e intelectual del siglo XIX cubano, al concluir la lectura de La música de Brasil (Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2023, 246 pp.) de Ignacio Díaz González.

“Una música envuelve diversos estilos regionales que contribuyen a conformar una identidad cultural que se difunde de manera global”.

En las páginas de esta obra, sustentada en una exhaustiva, profunda y documentada investigación, el lector encontrará un fresco de la génesis, desarrollo y esplendor de la música creada en el país sudamericano.

No se trata, como quizás algunos erróneamente imaginan al conocer la formación académica del autor, de un minucioso estudio musicológico de tan rica y fecunda manifestación cultural de Brasil. El propósito de Díaz González es, por el contrario, ofrecer a quienes se aventuren en la lectura de este libro, una visión informativa y didáctica de la música, tanto clásica como popular, nacida en el Gigante Sudamericano.

Una música —explica el investigador— que “envuelve diversos estilos regionales que contribuyen a conformar una identidad cultural que se difunde de manera global aportando genuinas expresiones de buen arte”.

De ahí que se muestre un amplio panorama entremezclado, en que la música culta y la música popular interactúan de tal manera que se torna difícil, casi imposible, determinar los límites entre una y otra.

Así, se comentan sinfonías, sonatas, óperas, preludios, fugas, misas, música coral, de cámara, para ballet, junto al jazz, el son, la salsa, el mambo, la bossa nova, el samba, el tango, el rock, la música pop…

Quisiera anotar brevemente la importancia del capítulo titulado “El jazz latino. Cuba, Estados Unidos y Brasil”, en que el autor explica los vasos comunicantes que enriquecen un universo sonoro de incuestionable trascendencia.

De interés resulta, igualmente, el catálogo que enriquece este estudio, en que se reproduce la información imprescindible para conocer los más representativos creadores, a través de la historia, del arte musical brasileño.

Antes de La música de Brasil, Ignacio Díaz González ya había publicado un libro de similares empeños, fruto de su interés en estudiar y promover la música, obra favorablemente acogida por lectores y críticos. El imperio del jazz, publicado en dos tomos (2017 y 2019), entrega una novedosa mirada al surgimiento de este género musical a fines del siglo XIX en Estados Unidos, así como a su indudable influencia en el mundo.     

Ignacio (derecha) junto al maestro Joaquín Betancourt durante una presentación de su libro El imperio del jazz. Imagen: Tomada de El Periódico Cubarte

Otros libros avalan, igualmente, su prestigio, obras que desarrollan un conjunto de líneas investigativas y sistemas metodológicos dirigidos a la modernización del análisis científico-pedagógico en la enseñanza de la música. Entre esos títulos, obras que contribuyen a la formación profesional en la esfera de la música, aparecen Técnicas de la armonía popular moderna (2003) y La armonía vanguardista. Sistemas, análisis y creación (2004).

Ignacio Díaz González (La Habana, 1955), es graduado en la especialidad de música en la Escuela Nacional de Instructores de Arte, en el Conservatorio Ignacio Cervantes y en el Centro para la Superación de la Enseñanza Artística (CENSEA). Es, además, Licenciado en Educación Musical por el Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”, y cursó estudios de posgrado en Armonía, Instrumentación, Orquestación y Composición.

“Lo verdadero es lo que no termina: y la música está, perpetuamente, palpitando en el espacio”.

Entre los profesores que contribuyeron a su formación académica aparecen los prestigiosos maestros Rafael Lay, Norman Milanés, Vicente González Rubiera (Guyún), Enrique Bellver y Armando Romeu.

Durante su vida profesional se ha desempeñado, a lo largo de casi medio siglo, en diversas instituciones docentes y culturales, como profesor, metodólogo, asesor musical, arreglista, investigador y músico.

Vuelvo al legado del Maestro José Martí quien, en 1875, en México, escribía que “el color tiene límites, la palabra: labios, la música: cielo. Lo verdadero es lo que no termina: y la música está, perpetuamente, palpitando en el espacio”.

Los invito a leer La música de Brasil, esta investigación de Ignacio Díaz González, con la certeza de que podrán comprobar, se los aseguro, que este libro es como una ráfaga divina que palpita en el espacio.