Cuatro décadas para los cineclubistas cubanos
El 5 de mayo de 1985 surgió en Cuba la Federación Nacional de Cineclubes de Cuba (FNCCC), una organización que acoge a creadores y apreciadores de toda la isla y que ha sido vital en el desarrollo de una conciencia sobre el cine, la realización, el debate de ideas y espacio para brindar talleres, herramientas de la producción audiovisual y formadora de nuevos públicos.
Actualmente cuenta con 64 cineclubes miembros en toda la isla, además de más de 30 círculos de creación y apreciación de niños y adolescentes.
La FNCCC organiza los eventos Festival Nacional de la Niñez y la Adolescencia, el cual tiene carácter itinerante. Este es un espacio de encuentro de los niños y adolescentes de todo el país y el Festival de Invierno del Cine Club Cubanacán, un encuentro nacional de los cineclubistas cubanos.
La Federación ha desplegado a lo largo de estos años una sostenida labor a favor del cine, con talleres de verano para niños y adolescentes en Bayamo y Granma, y cuenta, además con dos espacios en la televisión: Ve y Mira, en el Canal Habana, y Espacios habitados, en Golfo Visión.
Igualmente, a nombre de la FNCCC se entregan premios en los festivales del Nuevo Cine Latinoamericano, del Cine Pobre de Gibara y el de Documentales Santiago Álvarez.
La FNCCC organiza el Festival Nacional de la Niñez y la Adolescencia y el Festival de Invierno del Cine Club Cubanacán.
Su primer presidente fue el realizador Santiago Álvarez, figura destacada de la creación cinematográfica en Cuba. También han formado parte de su historia los directores Jorge Luis Sánchez, Miguel Secades, Tomás Piard, críticos y profesores como Mario Piedra y Gina Preval, entre otros.
Desde el año 2011, la misma es presidida por el realizador Lázaro Alderete, quien también ocupa la vicepresidencia de la Federación Internacional de Cineclubes, lo que confirma el sostenido quehacer de los miembros de la FNCCC.
La historia de la Federación Nacional de Cineclubes de Cuba tendría que contarse a partir del vínculo de estos realizadores con la creación audiovisual, los festivales, muestras y otros espacios desarrollados a lo largo de estas cuatro décadas y su influencia en la historia audiovisual de la isla, como registro documental, como memoria y archivo del pasado y como fuente testimonial para los tiempos que vendrán.