De los libros sobre literatura que Martí pensaba escribir
Los Cuadernos de apuntes de José Martí tienen de confesión de obra que se inicia. Son un set de tanteos y aproximaciones, en los que la frase leída entra en la frase propia a veces invisiblemente, y tiene que estar muy atento el catador de estilos. Son también, como diría Blanchot, lecturas de textos, de sueños, sonidos, horas, sensaciones, contraluces, idiomas. Creemos como Emilio Ichikawa que “no hay, pues, nada que deslegitime una visión martiana desde sus cuadernos. Se objetará que la fuente es parcial. Cierto que lo es, pero cierto también que inigualable por su intimidad conceptual, la veracidad de su génesis y la continuidad de su itinerario”.[1] Mención aparte merecen los libros proyectados en los apuntes que reflejan su conocimiento de la poesía y la literatura, y sus afanes didácticos respecto a qué tipo de obras debían apreciarse, cuáles no y por qué. En tal sentido en el comienzo del Cuaderno 9 aparecen varios títulos entrecomillados que, por el contexto, intuimos que se trata de estudios que estaba interesado en asumir:
“Ensayo sobre la poesía lírica–” [2]
En un Libro de Lectura que planeaba “en lengua literaria y forma hábil” destaca los siguientes asuntos: “Influjo de la verdadera poesía. —Qué es poesía, y qué clase de poesía debe desdeñarse. Condiciones de la buena prosa”. [3]
Asumir proyectos donde la poesía fuera el centro y se abundara en asociaciones, símbolo inequívoco de la cultura era, sin duda, su objetivo en una vida que no le alcanzó para concluirlos, pero sí para delinearlos. Así pretendía escribir un libro al que denominaría Los poetas rebeldes, donde estudiaría y vincularía a Oscar Wilde, Giusseppe Carducci, al portugués Abilio Guerra Junqueiro y Walt Whitman, con promesa de un segundo tomo donde se detendría en figuras tales como Dante Rossetti, Francois Coppée, Teodoro de Banville, Catulo Mendès, Jean Aicard, Dupont, Lames, Stoddard, Edmundo de Amicis y Guimaraes bajo el título de Los poetas nuevos [4], siempre dejando un sitio al que dedicaría a los poetas jóvenes de América y a la poesía popular en la América del Sur. [5] También lo desvelaba acometer un libro sobre el poeta cubano Plácido. Así lo enuncia: “Libro sobre Plácido, como el que proyecto sobre Horacio: “Horacio, poeta revolucionario”. [6] Un apunte desnudo nos lleva a pensar en motivos para escribir poemas partiendo de la experiencia neta de la vida personal, con su posible inclinación hacia una prosa de nuevo tipo:
Escribir Los momentos supremos:
(de mi vida, de la Vida de un Hombre: lo poco que se recuerda, como picos de montaña, de la vida: las horas que cuentan).
La tarde de Emerson.
La ingratitud. (En la cárcel, al saber la partida de la familia de M.)
La abeja de María. [7]
La cumbre del monte en Guatemala.
El beso de papá, al salir para Guatemala, en el vapor, —al volver a México, en casa de Borrell.
La tarde del anfiteatro: (manos en el balcón del club:) en Catskill. Sybilla
Cuando me enseñaron a Pepe recién nacido.
La carta de Adriano Páez. [8]
“Reconocer la virtud es practicarla. En eso se reconoce al que es incapaz de la virtud (…) El hombre que lo niega todo, a quien se niega es a sí mismo”.
La materialización de ellos en Versos sencillos parece un hecho tangible. También aquí se da el caso contrario: proyectos de libros o ensayos que no se anuncian abiertamente, pero que sí da pruebas fehacientes de que pensaba escribirlos, por la suma y profundidad de apuntes dedicados a esos temas. Por ejemplo, sus reflexiones sobre la mediocridad literaria y su compleja conformación y manejos, que también son acompañadas de citas sobre el tema de valiosas firmas. [9] Intuimos que más allá de sufrir los embates de esta calamidad sobre su persona de creador brillante se despertó en él una profunda curiosidad hacia los mediocres del mundo literario hasta erigirlos como sujetos de distendida observación sobre los que caen inobjetablemente el peso de sus aseveraciones éticas:
“… talentos de arte menor, buenos para mantener y conservar, pero no bastante calientes de adentro para arremeter y crear”. [10]
“Muchos críticos creen de buena fe que están cediendo a la justicia cuando están cediendo a la envidia”. [11]
“Reconocer la virtud es practicarla. En eso se reconoce al que es incapaz de la virtud, —en que no la sabe conocer en los demás. El hombre que lo niega todo, a quien se niega es a sí mismo”. [12]
También es lo suficientemente lúcido como para reconocer que el oportunismo literario es un fenómeno por el que se manifiesta la mediocridad, y que viene causando males desde el mundo antiguo:
De los versos pomposos e inútiles dice Persio:
Summa delumbe saliva
Hoc natat in labris
(Impotentes flotan en la saliva
A flor de labios)
Y el que lea a Persio ve que ya había gacetilleros entonces que encontraban numerosa y excelente la poesía de los que daban de comer buen vientre de trucha, y vestían con túnica nueva a los críticos mal arropados. [13]
Su rectitud de espíritu aquí se ha volcado y se sigue volcando de lleno contra los llamados celos profesionales:
Los incapaces de crear [siempre] acusan de imitación a los creadores. Los talentos frustrados son los enemigos implacables del talento.
En los talentos sucede al revés que en las casas, donde el de arriba es el que envidia al de abajo, y no como en el talento, que el de abajo es el que envidia al de arriba. Es la accesoria, que le dice a la casa ppal: ¡que me quitas el sol. Y la sacristía, llena de pergaminos y casullas, que le saca el puño a la catedral, porque la ve con naves y torres (…) No hay cosa más ruin que esos literatos femeniles que sin tomar ejemplo de la bóveda celeste, llena de estrellas (astros) que lucen con esplendor igual, se encelan, cual mujeres de harén, de que el público, caprichoso como el sultán, alaba de ésta los cabellos, y de aquella los ojos. Algo más han de ser los hombres que favoritas de serrallo”. [14]
Notas:
[1] Emilio Ichikawa. “José Martí y una metafísica de la Historia (notas sobre sus Cuadernos de Apuntes)”. Anuario del Centro de Estudios Martianos. N. 19, 1996, La Habana, p. 149.
[2] Ob. Cit. P. 251. Junto a esta mención aparecen igualmente los enunciados siguientes: <<” Análisis de la fama”>>. Luego de analizar profundamente sus Cuadernos hemos localizado apuntes directos para este libro. Sobre lo engañoso de la misma, sobre las complejas y a veces contradictorias relaciones entre éxito y calidad literaria:
El éxito. —Del “Nature” de Emerson sólo se vendieron 500 ejemplares en doce años.
—Del “Vanity fair” de Thackeray, “The publishers are said generally to have looke shy upon it”.
—Del “Innocents Abroad”” que produjo a los editores al fin $ 75,000, ningún editor de N. Cork, Boston ni Filadelfia quiso hacerse cargo.
—Carlyle no encontró publicador para el “Sartor Resartus” en Inglaterra.
—El éxito. —De “Mme. Gervaisais” de los Goncourt: “C ‘ etait superbe, l’ insuccés fut complet. A peine si 300 exem. Se vendirent” dice Daudet […]
— A Johnson, a Samuel Johnson, el editor a quien propuso su “Irene” lo mandó “a cargar baúles”.
—Del Juego estúpido de las cuatro bolas “Pigs in clover”, se vendió más de un millón en la primera semana.
—Both Goldsmith ‘s comedies were once refused, his first by Garrick, his second by Colman”. José Martí. Ob. Cit, c. A. 11, T. 21, p. 397
Existe otro apunte muy relacionado con este. Para precisar: el anterior parece la traducción del que cito seguidamente:
Vanity Fair was refused over and over again. Ben Hur, by Len Wallace, was rejected from more than one humbler house before it was put into print.
Innocents Abroad was black with handling before it was put in to print.
¿Y el Sartor Resartus, sin la ayuda de Emerson?
Hume’s History of England failed to get buyers (Carlyle). O. C., T. 21, C. A. 18, p. 430.
“Crítica y Éxito. – Del libro de versos de Charlotte y Emily Bronté (Charlotte la de Jane Eyre) se vendieron, según carta de Carl., a De Quincey, dos ejemplares en un año” Ob. Cit. p. 381. ¿Si semejante lector se interesaba, qué importancia tenía que el libro no se vendiera? La irrupción de este tema, de plena actualidad aún, vinculado en esencia con la naturaleza de la obra de arte y su realización, en los intereses de Martí tiene que ver con fenómenos y procesos íntimamente unidos a la modernidad literaria. También aparecen los siguientes enunciados que parecen asuntos de su aquí ya comentado libro El Concepto de la vida
“Los objetos de la vida”
“Los elementos de la vida”
“Los obstáculos de la vida”.
[3] José Martí, Obras Completas, T.18, p. 281. La mención a este libro proyectado, como otros que comentaré, aparece en el aquí aludido “artículo” conformado por Gonzalo de Quesada sobre los libros que pensaba escribir Martí, recogido en el tomo 18. Luego de realizar un cotejo de este trabajo y el tomo 21 de las Obras Completas propiamente, donde se recogen los Cuadernos de Apuntes, comprobamos que muchas de estas anotaciones, claves de nuestro interés, no aparecen en dicho tomo. Parecen haber sido sustraídas de aquellos Cuadernos, como él afirma. Un cotejo de sus manuscritos es lo que se impone para determinar localización y peculiaridades de inserción. Dicha labor excede los objetivos del presente ensayo.
[4] José Martí. “Libros”, Ob. Cit. T. 18, p.283.
[5] “Escribir un estudio: Los poetas jóvenes de América: Sierra, Andrade, Obligado, Mirón, Gutiérrez Nájera, Peza, Darío, Acuña, Cuenca, Puga, Palma, Tejera, Sellén”. OC. T. 18, p. 287. También proyectaba un curioso tomo en redondillas sobre Buffalo Bill o la vida india. Ver OC. T 21, p. 270. Así como ciertos proyectos de corte narrativo: “Escribir: Cuentos de Tierras Extrañas” Ob. Cit, p. 455. O de corte filológico evidenciando que un movimiento literario no sale de la nada, que siempre cuenta con su saga de gloria: “Pa. Los Orígenes del Naturalismo. A los que acusan de Novedad al naturalismo estos versos de A. d’ Aubigné en sus Princes, 2da parte de Les tragiques: Mieux vaut à desconvert monstrer l’ infection / Avec sa puanteur et sa punition. A. d’Aub. La gloire qu ‘ Autrey donne est par autry ravie; Celle qu ‘ on prend de soy vit plus loing que la vie. A. d’ Aub. Les Princes. O.C. t. 21, p.464.
[6] José Martí. “Libros”, OC. t 18, p. 282.
[7] Luego de consultar con otra investigadora acordamos en que posiblemente este motivo sí lo hubiera dejado escrito, al menos en parte. Nos referimos a la estrofa 8 del poema I de Versos sencillos: “Temblé una vez, – en la reja, / A la entrada de la viña. – / Cuando la bárbara abeja / Picó en la frente a mi niña.” Discrepo del concepto que sobre este proyectado libro maneja Rafael Rojas en su ensayo “Los libros imposibles”. Él estima que “Martí se proponía combinar el modelo autobiográfico con el del libro filosófico, ya que se trataba de ‘los momentos decisivos de su vida’ […] Afirma que el escritor pensaba en unas Memorias o Confesiones filosóficas, semejantes a las de San Agustín o Rousseau”. Quizá en este libro se pretendía un correlato ontogenético universal, pero lo haría desde la poesía como género absoluto o de fondo por la naturaleza de los motivos o vivencias que prometía tratar. Ver Rafael Rojas. “Los libros imposibles” en José Martí: la invención de Cuba, Editorial Colibrí, Madrid, 1996, p. 116.
[8] José Martí. OC. T. 18, p. 288.
[9] Críticos: Everyone knows Disraeli’ definition of critics as “People who have failed in art and literature” Ob. Cit, p. 428. “Mediocrity, conscious that it can make no useful discovery, will always make what noise it can over more questions of form. Cossa (Italian)”. Ob. Cit. p. 429.
[10] Ob. Cit. p. 281.
[11] Ob. Cit. p. 343.
[12] Ob. Cit. p. 379.
[13] Ob. Cit, p. 406.
[14] Ob. Cit. p. 383.

