El 14 de junio de 1928 en una maternidad de Rosario, provincia de Santa Fe, Celia dio a luz y entonces, Ernesto fue argentino. Vivió en Misiones, Córdoba y Buenos Aires, pero llegó a toda América Latina. Hizo una larga estancia revolucionaria en Cuba, y entonces el Che fue cubano. Su táctica fue el guevarismo, y su estrategia, no haber abandonado jamás la lucha contra el imperialismo en cualquier parte del mundo.

En conmemoración del natalicio de Ernesto Che Guevara, vayamos por lo que aún nos falta sabersobre él, cuando los homenajes en su memoria se expresan a escala global, demostrando la vigencia y validez de su pensamiento en acción. Siempre rebelde, intachable, coherentemente adelantado mil años luz a su época. Su legado es tan inmenso como inabarcable y presenta aristas aún no exploradas, donde queda mucho por descubrir.

El Che vuelve a nacer este 14 de junio; en ese contexto, entrevistamos a la Dra. María del Carmen Ariet García, en el Centro de Estudios Che Guevara de La Habana, dirigido actualmente por Aleida March y Aleida Guevara.

Dra. María del Carmen Ariet García. Foto: De la autora

¿Cuáles son las motivaciones que a Ud. la llevaron a convertirse en una voz referente en Cuba y en el mundo como investigadora del Che?

A esa pregunta habría que responder primero sin el Che como protagonista. Para mi generación, la Revolución cubana es el detonante que nos motivó a todos, pertenezco a una familia que se identificaba con la Revolución; por más que los enemigos quieran negar, es una obra inmensa en todos los órdenes, con un concepto de transformación total.

No podemos tener una luz larga para decirte que desde el principio el Che marcó la ruta; pero sí podemos verlo como la leyenda de la Sierra, como el argentino que luchó contra la dictadura de Batista, igual que Máximo Gómez lo hizo en las guerras por la independencia. Poco a poco el Che fue encantando por su físico. Los tiempos del Che son muy cortos: si analizamos del 1959 a 1965, son seis años; si sumamos sus intereses de búsqueda de su realidad del entorno, todo eso son 15 años. Fuimos enamorándonos de esa figura que hablaba pausado, que no era típico del Caribe, que era muy leal a Fidel Castro, que decía cosas muy bien dichas y ordenadas, que afirmaba que debía haber un cambio en el continente.

El Che sin duda estaba presente siempre, con su inteligencia, su lucidez, su exigencia y su ejemplo. No era necesario que saliera por el periódico porque él mismo con su actuar completaba todo esto. Eso nos enamoró. El Che es en el primer momento un plano de todos; pero en mi época de juventud, se convierte en un imprescindible por todo lo que hace, no me refiero a Bolivia, sino a su actitud de unidad que él siempre manifestó no solo para Cuba sino para América Latina. En la década del 60, tiempos de revolución, el Che era todo lo que los jóvenes queríamos.

En Cuba nos habíamos adelantado por lo que aprendimos del Fidel de la Revolución —del Che aún nos faltaba mucho—, para que otros tuvieran eso que tuvimos; ese mal ejemplo del que hablaban los norteamericanos, nosotros lo iniciamos con la obra de todo un pueblo y dentro de eso estaba el Che con esa idea precisa.

Siempre tuve el gusto por las humanidades y las ciencias sociales, mi trabajo en la docencia en la universidad y la investigación fueron a la par; después, hice un alto para profundizar en temas que me fueron embullando. Pasó lo que pasó con el drama del 9 de octubre cuando asesinan al Che, y nos dimos todos a la tarea de estudiar los aspectos esenciales de un hombre que dio su vida para la libertad del ser humano y del continente, principalmente del Tercer Mundo. No hubo que forzar nada; al estudio profundo de la Revolución cubana, al estudio profundo y la admiración por Fidel, se suma el estudio y la admiración por el Che y su obra; de lo contrario, el imperialismo iba a saciarse cada vez más y quedó demostrado.

Su legado es tan inmenso como inabarcable y presenta aristas aún no exploradas, donde queda mucho por descubrir.

¿Cuál es la misión y función del Centro de Estudios Che Guevara?

Como marxista te digo que la causalidad como categoría existe. Mi presencia en el Centro se debe a una causalidad racional; siempre he investigado sobre América Latina, su desarrollo político, económico y social desde una mirada sociopolítica porque soy socióloga de base. No se trata solo de incluir al Che, pero es que el Che está inserto en todo ese proceso que habíamos estudiado, los discursos y escritos del Che; lo que sucedía en América Latina estaba presente en la obra de Fidel y el Che. Un día por casualidad coincido en mi trabajo con Aleida y me hace una propuesta que sin duda es tentadora para cualquier investigador: me ofrece ayudarle a ordenar la papelería del Che, comenzamos en su casa con esa tarea. En principio lo llamamos humildemente Archivo personal del Che. Cuando avanzamos en ese ordenamiento con un sentido académico y científico, vimos que realmente era una obra tan inmensa que podía plantearse a la dirección del país la elaboración de un centro de estudios, que se encargara de analizar la obra del Che.

Tuvimos que pasar por el Período Especial, y todos los inconvenientes que atravesaron y atraviesan al país nunca nos detuvieron, tesoneramente seguimos adelante pareciéndonos al Che. Fundamentamos las principales etapas, elementos claves que están presentes increíblemente en todo el pensamiento y la obra del Che, linealmente concentrados desde sus escritos de juventud, como los del Che maduro, los procesos de la liberación de América Latina, de su propia historia.

Reforzamos el criterio que ya se sabía: era un hombre muy culto con un conocimiento que lo llevó a un razonamiento muy superior a otros, sobre la realidad de su tiempo. Él no fue un hombre de escuela de marxismo, no fue comunista, el comunista surgió después por lo que lo enamoró siempre: descubrir la explotación a la que fueron sometidas las poblaciones diezmadas y cómo caímos en las garras del imperialismo porque el inglés hizo su huella y otros más, el español primero y EE. UU. después.

Nuestro compromiso pasa por demostrar que un documento es infalible si es real y le hemos dado importancia porque el archivo personal del Che presenta toda la información. A los 17 años empezó a ordenar un diccionario filosófico, allí estaba su letra. Ordenamos todo a tal extremo que cuando la Unesco elabora su Programa Memoria del Mundo presentamos la obra y ahora forma parte de ese programa, ya que este archivo es el más completo del mundo.

Tenemos un proyecto editorial que recoge todas estas cosas con una visión de conjunto. Cuando en las librerías del mundo ofrecen las obras completas del Che, eso no es verdad, porque había obras inéditas, una laguna en su etapa de juventud, que se le calificó de aventurero, de improvisado teórico, todas esas cosas que el enemigo se sació en decir; pero nosotros vemos que ese adolescente hizo un esfuerzo tremendo por alcanzar un conocimiento mayor. Tenemos un accionar de divulgación, sin muchos recursos pero tenemos un acercamiento a las redes; editamos la revista Paradigma, que recoge la labor de todo el año, lo poco o mucho que pudimos hacer; además, estamos por hacer una galería exponiendo con una línea del tiempo la obra del Che.

“El Che estaba presente siempre, con su inteligencia, su lucidez, su exigencia y su ejemplo”.

¿Qué análisis hace Ud. en relación a los medios de comunicación y esa mirada estratégica que tenía y desarrolló el Che como factor clave para el triunfo y continuidad de la Revolución?

Habría que ir a los antecedentes: ¿Quién era Ernesto? ¿Qué veía en la comunicación que tuvo a su alcance en un momento determinado cuando joven, que luego fue profundizando? Él tenía la necesidad de utilizar la narrativa para sus escritos personales y elaborarlos con una determinada capacidad que sí tuvo, un intelecto que hemos comentado aquí. Cuando empezó a jugar fútbol rugby, creó una revista llamada Tackle y allí escribía para ese medio. En cada uno de sus viajes, siempre que se lo proponían los medios, se dejaba entrevistar. Hay que tener en cuenta que sí existía siempre un interés por dejar plasmadas sus etapas fundamentales; esa inclinación es importante para que sirviera de base a lo que hizo cuando se produjo su participación en el proceso revolucionario.

Recordemos que Fidel utilizó siempre los medios de comunicación en sus causas como abogado, y luego para explicar el Movimiento 26 de Julio; ese fue un bagaje que recibieron el Che y los combatientes de la Sierra. Los problemas que va narrando el Che, explicando por ejemplo que el Ejército Rebelde no tenía preparación, estaban dispersos por toda esa zona; no tenían comunicación inmediata y él se percató de la necesidad de que se conociera lo que estaba ocurriendo, que esos medios y lo que se dijera sirvieran de información. Ernesto —ya conocido como Che en la Sierra Maestra— tiene la idea de crear una radio, se lo comunica a Fidel y fundan Radio Rebelde, un medio muy necesario que aún existe. Era una vocecita que se escuchaba en las casas de forma clandestina. Fidel mismo se percató de la importancia de esa acción y traslada esa radio a La Plata.

Che sabía que hubo un periódico llamado El Cubano Libre durante las guerras por la independencia, tomó ese nombre y lo reeditó en la Sierra con un mimeógrafo primitivo que permitió que el periódico se expandiera por las tropas. Él une la comunicación oral con la comunicación escrita. En El Cubano Libre había una sección donde Che escribía bajo el seudónimo de “El francotirador”, para encarar algunas ideas sobre estar a favor o en contra de la derecha o la izquierda, estar en contra de Batista y a favor de la Sierra, entre otros debates.

Cuando llega al Escambray porque Fidel dio la orden del recorrido de la invasión por todo el país, hay una grabación famosa de una conversación de Che con Camilo; en esa zona del centro de Cuba se iba a determinar el corte para que renunciara Batista y avanzar hacia el objetivo de que se rompiera con la dictadura que estaba masacrando al pueblo.

Además, Che refunda el periódico Patria, el diario emblemático de José Martí, creado en EE. UU. en la última fase de la guerra por la independencia. El Che sabía que apelando a estos nombres alcanzaban un grado de sensibilidad alto en el pueblo cubano, esa empatía la vio el Che; supo que con estas acciones podrían ayudar a la concepción plena de liberación nacional. Luego del triunfo de la Revolución, crea y funda la revista Verde Olivo, perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, con un objetivo importante: educar a ese soldado analfabeto en el Minint.

Luego Che crea una agencia de prensa, que yo diría si me lo preguntan, que su deseo hubiera sido dirigirla. Después nombra a Masetti como director de Prensa Latina en una época muy temprana en el año 1959, en Punta del Este. Él decía que había una necesidad de que la información y la prensa fueran la voz de los que luchaban y no continuadoras de la prensa burguesa, debían expresar la realidad y los anhelos del pueblo; había que romper esos esquemas tradicionales de comunicación con la nueva radio revolucionaria y abogó para que a nivel nacional la prensa enalteciera esto. En La guerra de guerrillas, hay un capítulo dedicado a la propaganda; se piensa que es un manual de guerra, no se ve que él planificaba lo que debía hacerse después del triunfo de la guerra revolucionaria. Además, si el Che se dejaba entrevistar por cadenas de todo tipo, es porque estaba convencido de que hacer eso era un ejercicio necesario de conocimiento para expresar los problemas que había en el mundo.

La obra del Centro es rescatar toda la obra del Che, ahí está la medida de la validez de su pensamiento. Foto: Tomada de Internet

¿En este 95 aniversario qué aspectos priorizan desde el Centro de Estudios Che Guevara? ¿Qué es lo que les interesa resaltar?

Conmemorando el 95 aniversario del Che nos hemos esforzado por destacar su natalicio; abandonar el momento de su final, que se conmemora con tanto sentimiento en octubre, y resaltar que es un hombre que vivió para desarrollar un impulso al cambio total que necesitaba la humanidad. Él no luchó para morir, sino para dejar un aliento de vida para toda la humanidad. Si uno sigue la obra del Che como dirigente, fueron seis años; su vida activa como revolucionario no lleva más de 15 años, por lo tanto ¿qué hizo que a los 95 años nosotros estemos descubriendo y elevando sus valores, ¿qué nos dijo, qué nos dejó, qué nos falta por saber?

En ese sentido, no es lo mismo la validez que la vigencia de su legado. Vigencia puede estar en el mito, en las remeras de la juventud, porque es un rostro hermoso, un símbolo de lucha que se enarbola en las banderas; pero les digo a los jóvenes que miren ese rostro y se pregunten qué sabemos de él, para obtener así la respuesta de la validez. Si no podemos ver la diferencia entre vigencia y validez, se nos cae el símbolo, se nos cae el mito. La vigencia del Che no va a morir porque no lo alentó ningún partido político ni ningún sector levantó esa bandera, sino que todos los pueblos lo hicieron. Su lucha y entrega es para todos y encuentra ese camino de muerte por querer lo mejor para todos. Por mucho que se tergiverse la historia, el Che va a ser un estandarte y no va a morir. La vigencia está en la búsqueda de todo ser humano que siempre trata por conductas rectas de obtener los mejores caminos para pensar en el futuro de la humanidad. Lo enterraron en una fosa donde nunca pensaron que lo íbamos a encontrar, pero lo encontramos y está aquí. La obra del Centro es rescatar su pensamiento, ordenarlo, rescatar toda la obra del Che, ahí está la medida de la validez de su pensamiento. Por otra parte, hay cosas en que no vamos a estar de acuerdo, los tiempos no son los mismos; yo puedo no estar de acuerdo con la lucha armada, que no tiene nada que ver con esos valores de los que estamos hablando, porque hay que separar los contextos. Pongo entre paréntesis la lucha armada, en la lucha en cualquiera de las manifestaciones vamos a ver que siempre está el Che porque él nos conminó a luchar no digamos cómo, a luchar para acabar con la maldad, la enajenación, la deshumanización.

No solo se trata de una bandera, sino de un compromiso real con el Che, todo lo que costó hasta donde pudo llegar, no solo a la realidad de América Latina y de Cuba, sino del mundo. Dentro de las corrientes críticas del marxismo es uno de los exponentes clásicos de este pensamiento, ya que es un referente en ese sentido, estudió con rigor los componentes del marxismo; así lo vemos nosotros y así quisiéramos que se lo vea.

¿Dra. Ariet, aún podemos ser como el Che en este mundo deshumanizado?

Pregunta compleja en las circunstancias actuales del mundo. Sumando sus valores, su valentía, podemos ser como el Che, pero no idénticos a él, sino actuar en función de sus valores. Lo repetido no es importante, lo que tiene el Che es que sus elementos tienen un gran valor si aspiramos a un mundo mejor; hay que recordar lo que dijo en la Tricontinental, en El socialismo y el hombre en Cuba. Cuando se expresa “queremos que sean como el Che”, estamos pensando en todo esto, no es una reversión, ni acumulación de citas, ni un dogma. Actualmente, para un adolescente, esa intensidad con que vivió el Che, con que se preocupó por el mundo en que vivía, puede no ser igual, pero es una guía de conducta; ahí nos estamos acercando al Che, seremos o no seremos, no sé, pero es el resultado de un camino. Hay que ser como el Che a partir de los valores personales, sus cualidades, que dejó demostradas en lo teórico y en lo práctico; pueden ser paradigma para cualquier hombre, eso es precisamente ser como el Che, que no es ser igual al Che.

“Por mucho que se tergiverse la historia, el Che va a ser un estandarte y no va a morir”.

Finalizada la nota, el último párrafo es reflexión de quien la escribe y más allá de todas las definiciones que pudieran hacerse acerca del Che, en este 95 aniversario de su natalicio, la que más me conmueve y me interesa citar, es la opinión que tenía de sí mismo y que está contenida en la carta de despedida a sus cinco hijos: “Vuestro padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, leal a sus convicciones”.

Dra. María del Carmen Ariet García: Licenciada en Sociología y doctora en Ciencias Históricas. Es la coordinadora científica del Centro de Estudios Che Guevara. Asesora de la Cátedra Che Guevara, Programa Flacso de la Universidad de La Habana. Miembro de la Comisión de Grados Científicos de Sociología del MES. Miembro de LASA y del Consejo editorial de la revista Contexto Latinoamericano. Es investigadora y profesora titular. Coordinadora del proyecto editorial dedicado a la vida y obra de Ernesto Che Guevara en colaboración con la editorial Ocean Sur. Ha participado en numerosos eventos nacionales e internacionales y en múltiples asesorías de productos multimediales y fílmicos.

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