El 31 de diciembre de 1925 nació en La Habana Alfredo Guevara, uno de los más importantes intelectuales cubanos y el creador y presidente fundador del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) el 24 de marzo de 1959, a raíz del que se han realizado otros proyectos y eventos que han marcado no solo el desarrollo de nuestro cine y el de América Latina, sino otras manifestaciones artísticas. Este año, a propósito de su centenario, se realizan múltiples acciones, entre ellas el panel “Alfredo Guevara, un fundador” como parte del evento Cámara Azul en la edición 32 de las Romerías de Mayo.

Con conducción de la periodista Iris Torres, dialogaron en la Cafetería Chaplin el investigador y crítico Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba; Rubén Ricardo Infante, director de prensa del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano e investigador de la obra de Alfredo, y Katia Arias Martínez, especialista de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, instituciones —la Cinemateca, el Festival y la Fundación— relacionadas al afán fundacional de quien pertenece —como aseguró Luciano— a “la estirpe de los fundadores”. Guevara fue parte de los redactores de las primeras leyes revolucionarias en 1959, como la Ley de Reforma Agraria y la propia que oficializa la creación del Icaic, la Ley 169 del Consejo de Ministros. Esta define el carácter, estrategia y propósitos que caracterizarían el futuro cine, partiendo del presupuesto de que el cine es un arte y al mismo tiempo una industria.

Conducido por la periodista Iris Torres (con el micrófono), en el panel intervinieron Katia Arias Martínez (a la izquierda, en la imagen), Luciano Castillo (centro) y Rubén Ricardo Infante. Imagen: Cristhian Escalona

El 6 de febrero de 1960 se funda, por iniciativa de Alfredo, la Cinemateca de Cuba, dirigida por Héctor García Mesa y en 1961 se realiza un primer ciclo, dedicado al cine soviético. Esta procuraba “crear un público cualitativamente superior y nace con esa vocación universal, no como una cinemateca elitista, sino un museo del cine ambulante que recorría la isla de punta a cabo, desde un cayo a exhibir películas a los pescadores o hasta a Moa… para formar los nuevos cinéfilos que acompañarán la producción nacional”.

Cámara Azul también se dedica a los 45 años del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, por eso Rubén Ricardo Infante abordó facetas de la obra de Guevara, desde “la lucidez y la herejía”, destacando la capacidad para gestar un festival así, con una amplia vocación hacia lo latinoamericano que se gestó, conformando una base, una estructura, desde el cine cubano de los sesenta. El Festival fue una idea pensada y concebida por Alfredo, destacó. “Era el momento para lucir el cine cubano y, sobre todo, el que se realizaba en nuestra región. Tiene un simbolismo desde el punto de vista intelectual, cinematográfico, pero también emocional para varias generaciones”, añadió Infante.

“Cámara Azul también se dedica a los 45 años del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano”.

Por su parte, Katia Arias Martínez repasó el momento histórico de la creación de la Fundación y cómo Guevara fue el aglutinador de diferentes cineastas dispersos por el continente y en contextos de dictaduras que asolaron países como Chile, Argentina, Uruguay y Brasil. Glauber Rocha, quien mantuvo una amplia correspondencia con Alfredo, fue uno de estos; Gabriel García Márquez y Fernando Birri también, vinculados estrechamente a la Fundación y a la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. A Alfredo Guevara —subrayaron los panelistas— también le debemos, entre otros aportes, haber impulsado Animados Icaic, la revista Cine Cubano, el Grupo de Experimentación Sonora y el cartel cubano para cine.

Finalmente se realizó la reapertura de la subsede de la Cinemateca de Cuba en Holguín. Sobre todo —destacó Luciano— por el trabajo cultural desarrollado por la provincia, en eventos como las propias Romerías, el Festival Nacional del Audiovisual Por Primera Vez y el Festival Internacional de Cine de Gibara; así como por la consolidación del Centro Provincial de Cine. “Holguín tiene un público que exige y merece el cine y este espacio”, añadió. Las proyecciones se realizarán una vez al mes, los jueves, a las cinco de la tarde y comenzaron con la presentación de Luciano y la posterior proyección en el cine Martí de un clásico del cine universal que celebra su centenario este 2025: El acorazado Potemkin, filme soviético de uno de los maestros del séptimo arte, Sergei Eisenstein.