¿Fuera de cobertura? Dentro de la Revolución
Que el bloqueo es la causa principal de la mayoría de las carencias a que nos sometemos, es algo que no admite dudas. Genera un efecto dominó: se cae una ficha y arrastra consigo muchas más, porque en el flujo socioeconómico de un país todo está encadenado. La creatividad constituye un buen antídoto para superar las coyunturas adversas, nos conmina a la experimentación, a los giros inesperados, pero no advertir las consecuencias a largo y mediano plazo a que nos conducen los paliativos de ajuste, pasa factura. Una cosa piensa el jugador de dominó y otra el sapo, que está velando el menor descuido para entrar y derribar la primera ficha, y con ella, todas las formadas detrás.
Algo así nos ha sucedido en Cuba con varias medidas de urgencia tomadas en los últimos años; pensemos solo en el reordenamiento monetario, que, tratando de resolver el tema de la doble moneda, ha terminado por dejarnos inmersos en un berenjenal financiero donde conviven varias denominaciones monetarias: el CUP como la de menos posibilidades para la sobrevivencia. Con la reforma salarial adjunta a ese proceso, se pensó ganar la incorporación masiva al trabajo, pero la previsible inflación, que se supuso controlable, hizo añicos el sueño: casi nadie quiere trabajar con el Estado, incapaz de competir con las MiPymes y los TCP, triunfadores con ventaja en la silenciosa licitación. Un número no despreciable de profesionales devenidos camareros o simples empleados en otros oficios elementales, dejan huérfanos de sus servicios a la economía estatal.
“Un pueblo como el cubano, que el pasado Primero de Mayo dio muestras de su respaldo a la Revolución, comprendería, y lucharía por la salvación de nuestro sistema de comunicaciones, ficha atrapada entre las fichas que caen gracias al efecto dominó derivado de las aberraciones adonde nos ha llevado el bloqueo genocida”.
Las más recientes medidas de Etecsa cayeron sobre un alto número de almas escépticas, y la mayoría teme que nos espere el mismo final catastrófico del reordenamiento. Ha sido un desborde, nervioso y apurado, de muchísimas personas, y lo más preocupante es que no son solo los odiadores y enemigos de la Revolución, sino revolucionarios de muy probadas filiación y ejecutoria, quienes también han reaccionado, con argumentos, pero además con indignación: estudiantes, periodistas, historiadores, artistas, todos revolucionarios, han mostrado su inconformidad con el asunto en sí y con la forma en que se manejó, desde el punto de vista comunicacional, la activación sorpresiva la medida. Son revolucionarios, y entre las exposiciones que recuerdo con profundo dolor, está el post de una joven actriz y cantante, revolucionaria hasta cuando duerme, que escribió: “tendré que trabajar muy duro conmigo misma para entender”. Los operadores de redes sociales deben estar de plácemes con esos que parecen disensos. Algo se ha hecho mal de cara a la política.
De entre las cosas que creo se hicieron de manera equivocada está la poca oportunidad y carencia de efectividad con que se viene ejerciendo la comunicación de la medida de cara al pueblo. La Mesa Redonda resultó insuficiente, enfáticamente metodológica y con algunos términos usados de manera errática, como ese de que con “un poquito más de dinero” se podía acceder a uno de los salarialmente inalcanzables planes de recarga. La posterior comparecencia de la presidenta de Etecsa, entrevistada por Lázaro Manuel Alonso para el Canal Caribe, aportó mejores claridades y detalle en los argumentos, aunque su posible efectividad también ha sido cuestionada, porque algunos analistas ponen en duda el alcance de los resultados previstos, como ya dije antes que ha sucedido con medidas que condujeron a su antítesis. El argumento de que, en lugar de captar las divisas con recargas del exterior para la recapitalización, se producirá un tráfico ilegal de recargas (con el dinero enviado del exterior) es digna de ser atendida, porque se apostó todo a esa carta, y si el sapo derriba esa primera y única ficha, todo se vendría abajo. No sé cómo se podría coartar ese mercado negro, como mismo no se ha podido con el de divisas. Recordemos que se permite transferir saldos y esa es una herramienta perfecta para el trapicheo.
“Ojalá se hayan previsto, y se puedan controlar, las desviaciones de la lógica central de las medidas y que la incertidumbre no rebase el susto. No nos queda otra que salvar a Etecsa; al país le resultaría casi imposible seguir adelante sin un sistema de comunicaciones a la altura de los tiempos y de lo que demanda la meta de un socialismo próspero y sostenible”.
Se nos ha pedido que los revolucionarios acompañemos a Etecsa en este proceso, y lo haremos, pero necesitamos que nos acompañen también a nosotros, sobre todo con una estrategia y acciones de comunicación totalmente transparentes ejecutadas por figuras de alta autoridad en el país. El tan difícil tema de la crisis electro-energética, tras el podcast Desde la Presidencia ha llevado a muchos escépticos a la comprensión del fenómeno, e infundió esperanzas también a muchos. Un pueblo como el cubano, que el pasado Primero de Mayo dio muestras de su respaldo a la Revolución, comprendería, y lucharía por la salvación de nuestro sistema de comunicaciones, ficha atrapada entre las fichas que caen gracias al efecto dominó derivado de las aberraciones adonde nos ha llevado el bloqueo genocida. Ojalá se hayan previsto, y se puedan controlar, las desviaciones de la lógica central de las medidas y que la incertidumbre no rebase el susto. No nos queda otra que salvar a Etecsa; al país le resultaría casi imposible seguir adelante sin un sistema de comunicaciones a la altura de los tiempos y de lo que demanda la meta de un socialismo próspero y sostenible.

