Encontrar la poesía así: desplazándose en una suerte de obsesión que se pueda interpretar como un espacio donde hasta la propia vida llegue a quebrar inesperadamente, es algo que casi ha desaparecido de las costumbres literarias de estos tiempos. El sueño de lo celeste muestra dicha obsesión como el proceso por el cual atraviesa un campo de centeno desde que brota el primer embrión hasta el día de la siega definitiva; esto significa quedar dispuesto a dialogar con la mente (poética) capaz de ejercer un rozamiento (que termina siendo lenguaje) ante el tedio de la existencia y el contenido efímero de las ilusiones. Subir una montaña construida por la mente y tantos anhelos que fueron contaminando la verdadera capacidad de ser felices; aquí se nos ofrece la contrapartida, en interior.
Como otras tantas veces la poesía vuelve a poner los vivos frente a los muertos, en un dialogo tenso donde aquello que identificamos como herencia o legado llega a transformarse en un bulto pesado y hasta ajeno, por momentos, a la velocidad de la que nos ha tocado participar, pero a veces en esa densidad llegamos a reconocer el sentido, la extraña sustancia por la que clamamos y llega a mostrarse escurridiza y difusa; siempre se genera una encrucijada detrás de cada verso; una expresión del duelo que tiene ritmo y termina pareciéndose al canto.
“La mirada de la poesía no ha declinado ante tantas expresiones de la violencia, la ha enfrentado de la aurora al crepúsculo, siempre con la metáfora”.
La mirada de la poesía no ha declinado ante tantas expresiones de la violencia, la ha enfrentado de la aurora al crepúsculo, siempre con la metáfora, ardiendo las pupilas y tragando hasta la desmesura, sin herir la córnea ni el corazón, bajo el roce constante de la inestabilidad.
La poesía nació de la piedra y sigue siendo la piedra que se lanza a agua (del río, el lago, o la marea) provocando una inmortal onda de expansión que garantiza su innegable capacidad de comunicar; justo porque se apropia de eventos de la naturaleza y dinamita la siempre incomodad barrera de los idiomas.
* Palabras introductorias a la colección de poemas de autores chinos y cubanos en el volumen de Colección SurEditores.
