Con la rumba como eje central, y el homenaje al legendario percusionista Tata Güines, uno de sus máximos exponentes, se celebra por estos días en La Habana y en el municipio de Güines, en Mayabeque, la XVII edición del Festival Internacional Cuba Rumba 2025. La cita, del 26 al 30 de junio, revitaliza este género de la música cubana, representativo de la gran herencia cultural legada por nuestros ancestros africanos, que si bien siglos atrás arribaron a las costas de esta isla desnudos de cuerpo, transportaban en sus almas la valiosa carga de sus tradiciones, costumbres y creencias religiosas.

“Tenemos la certeza de que cada edición de este Festival contribuye a afianzar la rumba en Cuba y también en algunas regiones del mundo. En esta ocasión, por ejemplo, participan más de catorce agrupaciones que gozan de mucho reconocimiento en el país. Mientras que del extranjero contamos con la presencia de prestigiosos invitados procedentes de Inglaterra y Argentina”, dijo en exclusiva el percusionista Arturo Soto, Tata Güines Jr., presidente del Comité organizador del encuentro.

“En cada presentación estaremos recordando a Salvador, a Changuito, a Fariñas y a muchísimos más, fieles defensores de la rumba”, dijo Arturo Soto.

Declarada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2016, la rumba, en el contexto de su festival, vuelve a tomar las calles, plazas y espacios culturales de la capital y del municipio Güines en un sincero homenaje a sus cultores de todo el país y, especialmente, a quien fuera uno de sus mejores representantes, Federico Arístides Soto, Tata Güines, en el aniversario 95 de su natalicio.

Una mezcla de consagrados, jóvenes percusionistas y bailarines, reafirman el carácter intergeneracional del Festival. Participan, entre otras, la agrupación femenina Obiní Batá, el Conjunto Folclórico Nacional y su coro folclórico, Aroma con clave, Justo Pelladito y su grupo Afroamérica; la agrupación infantil Los tatagüinitos, los Rumberos de Mayabeque y, por supuesto, la agrupación dirigida por Arturo Soto, Tata Güines Jr.

“En cada presentación estaremos recordando a Salvador, a Changuito, a Fariñas y a muchísimos más, fieles defensores de la rumba. A todos los he admirado desde que era niño y agradeceré siempre su entrega a esta manifestación artística”, subrayó Arturo Soto.

“Una mezcla de consagrados, jóvenes percusionistas y bailarines, reafirman el carácter intergeneracional del Festival”.

Una de las actividades más significativas contempladas en el programa de Cubarumba 2025 tuvo lugar en la tarde del 27 de junio cuando el hijo de nuestro rumbero mayor, acompañado por un grupo de destacados percusionistas, realizó la donación al Museo Nacional de la Música de varios objetos personales pertenecientes a Tata Güines. De la misma manera forma parte del programa del evento, junto a las presentaciones de las distintas agrupaciones, son las visitas a comunidades como El Fanguito, encuentros con repentistas y con estudiantes de la Escuela de Música Tata Güines, radicada en la provincia de Mayabeque.

El Festival ha sido auspiciado por instituciones como el Centro Nacional de Música Popular, la Empresa Antonio María Romeu y el Instituto Cubano de la Música.

Mientras que los jardines del Teatro Mella, la Casa de Cultura Joseíto Fernández de Centro Habana, el Teatro principal de Güines, el patio de la vivienda de Tata Güines y, especialmente, el Callejón de Hamel se encuentran entre los espacios que acogerán a la rumba en la XVII edición de este festival auspiciado por instituciones como el Centro Nacional de Música Popular, la Empresa Antonio María Romeu y el Instituto Cubano de la Música.

Precisamente en el Callejón de Hamel, donde la rumba ha encontrado su casa, se efectúan diversas actividades que culminarán el próximo 30 de junio con la celebración de su habitual Domingo de la rumba, “que lógicamente reforzaremos con algunas novedades a propósito del Festival, incluidos momentos muy especiales en horas de la mañana, dedicados a niños practicantes y seguidores de la rumba”, apuntó Jacquelin González, directora del proyecto.

“Que la rumba tenga su propio festival, que haya sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es, sin dudas, una gran demostración del arraigo que tiene entre nosotros, en cada cubano”.

“Que la rumba tenga su propio festival, que haya sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es, sin dudas, una gran demostración del arraigo que tiene entre nosotros, en cada cubano”, refirió Arturo Soto.

El 30 de junio, en diferentes horarios y sitios del municipio de Güines, resonarán los tambores de todas las agrupaciones participantes. No lo harán esta vez, como siglos atrás, incitando a la rebeldía, a la insurrección por tantos y tantos años de explotación y esclavitud, sino por la paz, el bienestar y la prosperidad de los pueblos del mundo, particularmente el nuestro. Y resonarán también para anunciar la clausura de un evento llamado a salvaguardar una herencia que ha logrado sortear el paso del tiempo y es hoy una de las expresiones más auténticas de la cultura cubana.

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