Según la Real Academia Española (RAE), Humanidad es sinónimo de compasión, humanitarismo, misericordia, filantropía, sensibilidad, altruismo, amor…. ¿Los Académicos estarían pensando en los cubanos al aprobar esas definiciones…? Disculpe el mundo mi exceso de ego, soy cubana ciento por ciento.
En medio de una crisis que nos obliga a contemplar a diario “derrumbes” que sabemos irreparables, hablar de culpables (léase Bloqueo), a un pueblo que arrastra heridas también irreparables en la piel y en el alma, sería engarzar palabras inútiles en un círculo de dificultades infinitas.
Es por eso que hoy prefiero citar la palabra Humanidad en su acepción más limpia y profunda, para hablar de lo que permanece y sigue brillando en nuestro país en medio de las circunstancias más adversas.
“Llegué a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en estado muy crítico. Fue como morir muchas veces y ser resucitada por voces y manos desconocidas que no se rindieron ante mi silencio y me sostuvieron con fuerza, decididas a no dejarme partir.”.
El día 11 de noviembre fui sometida a una cirugía de implante de válvula aórtica transcatéter (TAVI), en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, de La Habana. Participaron en la misma un equipo de cardiólogos españoles que generosamente hicieron posible la donación de válvulas biológicas —en el mercado una de estas válvulas cuesta más de €38,000, algo inalcanzable para nosotros—; y, por supuesto, un equipo de cardiólogos cubanos altamente cualificados. Como en toda cirugía, existían riesgos: tuve un derrame pericárdico severo, y después, una trombosis venosa profunda. Llegué a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en estado muy crítico. Fue como morir muchas veces y ser resucitada por voces y manos desconocidas que no se rindieron ante mi silencio y me sostuvieron con fuerza, decididas a no dejarme partir. Seis días en los que médicos, enfermeras(os), técnicos, tuvieron un único objetivo: devolverme con vida a mi familia y a la luz.
Allí descubrí el significado exacto de las palabras altruismo, filantropía, o de esa otra tan cercana a los cubanos: solidaridad. Allí me hicieron sentir más humana, más merecedora de sus sacrificios. Porque el sacrificio y la entrega son definitorios cuando hay que doblar turnos, porque todos somos vulnerables a la epidemia, y aún con fuertes manifestaciones del virus, llega ese relevo con su responsabilidad a cuestas, y nos contempla tan indefensos, conectados a máquinas de las que depende cada latido de nuestros corazones y todavía son capaces de poner todo a un lado —y ya sabemos lo que significa TODO en estos momentos para cualquier cubano—, y nos sonríe como si fuera el dueño de la felicidad.
“Allí descubrí el significado exacto de las palabras altruismo, filantropía, o de esa otra tan cercana a los cubanos: solidaridad”.
¡Mi caso no es una excepción, gracias a Dios! Yo sólo hablo desde mi experiencia. Antes, durante y después de la cirugía, no he tenido que pagar un centavo por la cantidad de análisis, RX, electroencefalogramas, ecocardiogramas, Angiotac, pruebas específicas de medicina nuclear que me realizaron en la Clínica Internacional Cira García. Nadie me exigió un seguro médico costoso: recibí un Seguro Médico de Dignidad, Ética y valores altruistas que no tienen precio en el mercado de valores mundial.
Mi agradecimiento sin límites, al profesor Leonardo López Ferrero, porque sin su profesionalismo e integridad, estas palabras no existieran.
Lo hago extensivo al equipo de la UCI en general, en especial a la doctora Sheila —que me aseguró «todo está bien», cuando todavía era una hipótesis—, a los doctores Ronald, Roicell, Fernando, Echarte, a la abnegada «troupe» de enfermeras(os)…
A todos, porque en cada nuevo latido de mi corazón late la amabilidad y el respeto que me ofrecieron.
Sigamos hablando de lo que permanece y sigue brillando.
Gracias.

