Entro a las redes sociales, y veo dos noticias estrechamente relacionadas.

La primera tiene que ver con el fuerte despliegue militar en Los Ángeles, California, donde miles de agentes de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional de los Estados Unidos, reprimen con violencia las protestas que allí ocurren.

En la segunda, se nos cuenta sobre cierta carta emitida por artistas manzanilleros, en apoyo a las protestas universitarias por aumento de las tarifas de Etecsa, hechos ocurridos hace poco más de una semana.

Espere un momento, diría un lector cualquiera. Usted afirma una relación estrecha entre ambas noticias, pero ello no es así. La primera trata sobre unas protestas vinculadas a las políticas antiinmigrantes de la administración de Donald Trump, y la otra sobre un asunto interno de Cuba.

¿Cómo que no están relacionadas?, respondería yo. Qué tal si le digo que, en la tal carta de los artistas manzanilleros, apenas una decena de los firmantes viven en Manzanillo; los demás hace mucho rato que emigraron de allí. Ciertamente, las protestas por las tarifas son un hecho interno, pero la carta firmada no. Esa es también una protesta de emigrados.

¿Y por casualidad no firman también una carta de apoyo a los que protestan en Los Ángeles? Foto: Tomada de Cubadebate

¡Dientres!, volvería el lector a la carga, ¿y por casualidad no firman también una carta de apoyo a los que protestan en Los Ángeles? Quiero decir, ¿no están preocupados por sí mismos?

No, parece que no. Ellos solo se refieren a la falta de libertad en Cuba. Argumentan que la dignidad no es un lujo: es un derecho.

Caramba, la frase suena bonita, estalla el lector, ¿pero de qué dignidad hablan? ¿Acaso no los cazan en la calle como a criminales, sin derecho a despedirse de la familia ni a recoger elementales pertenencias? ¿Y luego no los encierran en condiciones inhumanas, y los mandan a cárceles en El Salvador o a la base militar de Guantánamo?

No, al parecer eso no les resulta indigno. Fíjate, que ya también salió una carta similar, firmada esta por artistas holguineros, donde la gran mayoría tampoco reside en Holguín. La está promoviendo Yunior García Aguilera.

¿Yunior?  ¿Ese señor no fue el que salió huyendo y dejó a sus seguidores colgados de la brocha? Ese mismo. Colgados de la brocha y sin pintura para la revolución de colores.

“…la vida del emigrado es dura, y como cierta vez confesó un paradigma de igual negocio: ‘es para vivir de eso, chico’”.   

Bueno, supongo que ese caballero no tendrá problemas con su estatus migratorio en España, dice el lector. Claro que no, le respondo. Él huyó heroicamente hacía la embajada española y allí no tuvo que hacer cola para la visa. En fin, su oficio parece que es empujar a otros para que aquellos pongan el golpe.

Venga acá, estimado escritor, ¿y esas protestas en Cuba no ocurrieron hace casi dos semanas, y luego derivaron en un diálogo con Etecsa y otras autoridades, donde se llegó a determinados acuerdos?

Cierto, y nunca ocurrió el tal paro, solo en una facultad de la Universidad de La Habana. La carta está bastante fuera de tiempo, pero ya sabes: la vida del emigrado es dura, y como cierta vez confesó un paradigma de igual negocio: “es para vivir de eso, chico”.

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