Hoy nos reunimos bajo la luz simbólica de la Historia. Celebramos el 99 aniversario del natalicio de nuestro Comandante en Jefe y, a la vez, nos adentramos en el camino hacia su centenario. En el 2026, además, se estará cumpliendo el 30 aniversario de la creación del Memorial José Martí, este espacio sagrado de la patria inaugurado por Fidel, en el que hoy nos reunimos y sentimos ese puente ineludible sin el cual no puede explicarse la obra de la Revolución, entre las dos figuras más descollantes de nuestra historia.
Es en este contexto de reflexión histórica, que inauguramos la exposición Toda la gloria del mundo de Alex Castro y, con ello, el Memorial José Martí, el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y los trabajadores del Comité Central dan comienzo a su programa de actividades por el centenario del natalicio del Comandante en Jefe.
“Esta muestra trasciende el documento para convertirse en poesía visual (…) Encontramos a un Fidel libre de artificios, sin poses, sin escenografía. Solo la esencia del ser humano en su lucha, su pensamiento y su entrega”.
Esta muestra trasciende el documento para convertirse en poesía visual, 50 fotografías de Alex Castro, quien nos ofrece un privilegio único, la mirada íntima del hijo. Esta perspectiva filial no solo acerca la cámara al hombre; sino que revela lo humano detrás del ícono. Encontramos a un Fidel libre de artificios, sin poses, sin escenografía. Solo la esencia del ser humano en su lucha, su pensamiento y su entrega.
Hay un manejo magistral de la luz natural ─contraluces, sombras, claroscuros─ que borra las fronteras entre lo épico y lo cotidiano. Encuadres que eliminan lo accesorio para centrarse en lo esencial: sus manos expresivas, la gorra rebelde, la barba guerrillera, su mesa de trabajo. Gestos que hablan más que discursos. Vemos a Fidel dialogando con la historia, el presente y el futuro, en complicidad con Raúl y otros líderes y personalidades del mundo, en su curiosidad científica, en su ternura con los niños. El revolucionario que interactúa con su tiempo y su pueblo.

La gloria que anuncia el título no está en una calle, una estatua o un monumento, está en la sencillez de un gesto auténtico, en el cumplimiento del deber sencilla y naturalmente, en la tenacidad de la lucha, en la humanidad compartida. Esta exposición captura la verdad profunda de Fidel: su rechazo a la gloria personal y su identificación con la gloria colectiva del pueblo y el valor de las ideas.
Estas fotos son, en esencia, un acto de amor filial y compromiso patriótico. Alex no solo rinde homenaje a su padre; nos lega una visión íntima del líder que forjó el destino de Cuba. Cada imagen es una ventana al alma de Fidel, recordándonos que su verdadera fuerza radicaba en lo auténtico, lo humano, lo irreductiblemente honesto.

Que esta exposición nos inspire a buscar como él, toda la gloria del mundo —esa que cabe en un grano de maíz—, en la entrega a los demás, en la lealtad a las ideas y en la convicción de que un futuro mejor es posible.
¡Gracias, Alex, por este regalo a Cuba!
*Palabras pronunciadas en el Memorial José Martí, La Habana, 11 de agosto de 2025.

