Este 28 de abril cumpliría 100 años la grandísima intelectual cubana Fina García Marruz. Su obra engendra un ensordecedor estremecimiento de cubanía y autenticidad. Recordarla es insistir en lo que la hizo única: su intimidad y agudeza a la hora de acunar un texto.

Para acercarnos a Fina, siempre desde el vuelo y la altitud de su quehacer literario, La Jiribilla ha querido dialogar con José Adrián Vitier Rodríguez, quien además de ser un conocedor de la labor de la escritora cubana, es uno de sus nietos.

La obra de Fina García Marruz engendra un ensordecedor estremecimiento de cubanía y autenticidad.

José Adrián Vitier Rodríguez siente que lo mueve la búsqueda del placer y una necesidad de armonía. Por eso, reconoció en el grupo Orígenes, sobre todo en las figuras de su tío Eliseo y sus abuelos Cintio y Fina, algo que sencillamente le encantó. La cercanía a Orígenes ha fortalecido su conciencia de ser un aprendiz. “La afinidad suele tener un elemento de misterio. En su sentido original, vinculado a lo místico, más que excitar la curiosidad, el misterio suele provocar un estado de exaltación y de alabanza. Eso ha sido para mí el legado de Orígenes: la participación en un misterio”, expresó.

Recordar a Fina García Marruz es insistir en lo que la hizo única: su intimidad y agudeza a la hora de acunar un texto.

Desde hace tiempo, José Adrián tiene a su cargo la edición de la revista La Isla Infinita, fundada por su abuelo Cintio Vitier en 1999 y que ha sabido difundir la labor creativa de autores cubanos y extranjeros.

El proyecto La Isla Infinita ha sido y es una gran suerte para mí por muchas razones. La primera, fue que me permitió acercarme a mi abuelo Cintio de un modo único. Otra, fue que pude conocer el panorama editorial cubano e intuir cuál pudiera ser mi aporte dentro de él. Y una tercera, fue adentrarme, pincel en mano, en el mundo de las artes visuales. Aunque el regalo más importante han sido los amigos que he llegado a conocer a lo largo de este camino, agregó Vitier Rodríguez.

¿Cuánto de la obra poética y ensayística de Fina hay en La Isla Infinita?

La revista La Isla Infinita publicó en su momento varios poemas, ensayos, traducciones, y hasta un cuento de Fina García Marruz. Asimismo, la colección de libros-arte que lleva hoy el nombre de La Isla Infinita ha publicado poemas y ensayos de Fina y los seguirá publicando. También está en planes un libro con sus memorias.

Esta recurrencia no se debe sólo a un sentido del deber, ni tampoco a que Fina sea una autora que siempre tenemos a mano. Se debe, ante todo, a un genuino estremecimiento ante su obra. Esto es parte del misterio de la afinidad. Volvemos a Fina, una y otra vez, porque nos energiza, nos arrasa, nos ilumina.

“Eso ha sido para mí el legado de Orígenes: la participación en un misterio”.

La poesía de Fina es excepcional. Sin embargo, es menos divulgada su obra ensayística. El ensayo de Fina tiene características muy peculiares, no sólo desde el punto de vista formal, sino también estético…

Sus trabajos en prosa ocupan la inmensa mayoría de sus páginas escritas, y muestran rasgos muy afines con sus poemas. Yo diría que en muchos casos provocan la misma impresión. Varios lectores han señalado que la obra de Fina y Cintio, tanto en verso como en prosa, podría ser estudiada también desde un punto de vista filosófico, pues para ellos la poesía (y no me refiero aquí sólo a los versos) fue una forma de vivir, de pensar, de comprender. Esto probablemente también sea cierto en el caso de otros miembros del grupo Orígenes.

Cuando Fina advierte los dibujos misteriosos, siempre iguales, que las palomas trazan en el cielo de una placita en Florencia, y nos dice: “libres como la ley por dentro”, ahí nos deja asomarnos a las profundidades de un pensamiento poético. Este es sólo un ejemplo entre miles que podrían encontrarse en su obra. Creo que se debería estudiar desde el ángulo de la filosofía esa poderosa vuelta de tuerca que dieron al pensamiento en Cuba los origenistas a través de la poesía.

La obra de Fina y Cintio podría ser estudiada también desde un punto de vista filosófico, pues para ellos la poesía fue una forma de vivir, de pensar, de comprender.

La Casa Vitier García Marruz ha sido un espacio creado para salvaguardar la memoria de Cintio y Fina. ¿Qué valor tiene para la cultura cubana que se estudien y divulguen los fondos de Fina? ¿Qué papel tiene la Casa en ese empeño?

Salvaguardar el legado de Medardo Vitier, Cintio y Fina es la primera tarea de la Casa Vitier García Marruz. Esta línea de acción sólo puede tener éxito si se aborda desde tres ineludibles frentes. Por una parte, está la preservación física de la ingente papelería que custodiamos; lo que en Derecho Notarial se llama el corpus mechanicum. Por la otra, está la necesidad no menos urgente, de compartir el contenido de estos fondos, el significativamente llamado corpus misticum. Difundir es, en cultura, el único modo eficaz de preservar. Y como no se puede difundir lo que no se tiene, para compartir es menester antes asimilar nosotros mismos el espíritu y la letra de nuestro Archivo. En tercer lugar, resulta imprescindible acrecentar este patrimonio con nuevos frutos del intelecto y la sensibilidad. Para contribuir a acrecentar este legado es que existe la Colección La Isla Infinita.

Asimismo, no pudiera nuestro centro llamarse Casa Vitier García Marruz si no estuviese también consagrado a José Martí. No se trata de crear otro Centro de Estudios Martianos; sino, más bien, de llegar a ser un centro martiano de estudios, cuya misión sería, como escribiera José de la Luz, “no sentarse a hacer libros, que son cosa fácil, pues la inquietud intranquiliza y devora, y falta tiempo para lo más importante, que es hacer hombres”.

“Creo que se debería estudiar desde el ángulo de la filosofía esa poderosa vuelta de tuerca que dieron al pensamiento en Cuba los origenistas a través de la poesía”.

Todos nuestros grandes pensadores dedicaron buena parte de sus energías a la enseñanza, plenamente conscientes de que ese era uno de los empeños donde se decidía el destino de nuestra Patria. La Casa Vitier García Marruz ha heredado de ellos, y especialmente de Medardo Vitier, su vocación pedagógica, y un afán perenne por crear accesos alternativos al conocimiento.

Nuestro centro nace con un marcado carácter multidisciplinar, y estará siempre abierto a todo tipo de colaboración provechosa. Desde que la Oficina del Historiador nos acogió hemos descubierto una muy grata sinergia y espíritu de colaboración entre sus muchas dependencias. Estas parecen funcionar como una suerte de orquesta sinfónica donde cada cual tiene un papel que desempeñar en función de una armonía mayor. Constatar esto ha sido una alegre sorpresa. Aspiramos a llegar a insertarnos en ese escenario tan estimulante, el cual me parece una de las principales victorias dentro de la magna obra sociocultural iniciada por Eusebio y que lleva a cabo la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Con motivo del centenario de Fina, ¿cuáles son las principales actividades por el jubileo de la intelectual cubana?

Los eventos organizados con motivo del Centenario de Fina, a lo largo de toda Cuba y también en España y México, son tantos que petrifican la mano del escriba, para usar una frase de Lezama. Paneles, exposiciones, conferencias, lecturas de poemas, evocaciones, presentaciones de libros, conciertos, proyección de audiovisuales, siembra de árboles, y hasta una misa en la iglesia de Bauta, que fue uno de los principales centros de reuniones de los poetas de Orígenes. 

“Difundir es, en cultura, el único modo eficaz de preservar”.

Asimismo, las obras constructivas en la que será la sede de la Casa Vitier García Marruz han ganado impulso; eso también lo consideramos un homenaje, y algo que obliga a todo el equipo de trabajo de nuestro centro a renovar esfuerzos en la constante tarea.

A Fina se le puede evocar desde la luz, el silencio, la tarde, La Habana… o buscarla, tal vez, en una gota de agua que desciende desde cualquier balcón colonial. Pensémosla, en su centenario, desde este pedazo de tierra: su razón.

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