El destacado actor, director y profesor teatral Alexis Díaz de Villegas, falleció hoy en La Habana. Nacido en 1966, en Cumanayagua, logró convertirse en uno de los mejores talentos de su generación, reconocido por la crítica y el público gracias a sus desempeños en la escena y también en el cine y la televisión.

“(…) logró convertirse en uno de los mejores talentos de su generación, reconocido por la crítica y el público gracias a sus desempeños en la escena y también en el cine y la televisión”.

Apareció en el elenco original de La cuarta pared, pieza de Víctor Varela estrenada en 1988, y que estremeció al ámbito cultural cubano de ese momento. Con este director y Teatro Obstáculo se presentó en Cuba y el extranjero, añadiendo a su historial montajes como Ópera ciega, Segismundo ex Marqués y El arca, hasta mediados de los años 90.

Alexis “deja una ausencia que sus espectadores, familiares y amigos lamentarán profundamente”. Foto: Internet

Tras su contacto con Vicente Revuelta, estrenó El trac, de Virgilio Piñera, espectáculo al que volvió en varias ocasiones. En 1998 se vinculó a Argos Teatro, fundado por Carlos Celdrán, en otra fase destacada de su trayectoria. Con Argos estrenó El alma buena de Se-Chuán, La señorita Julia, Stockman: un enemigo del pueblo y Vida y muerte de Pier Paolo Pasolini, lo que confirmó su amplio rango interpretativo.

En el año 2001 pasó a Teatro El Público. Bajo la guía de Carlos Díaz apareció en La Gaviota, La Celestina, Ícaros, Fedra, Calígula, El otro cuarto y otros títulos. Impartió clases en el Instituto Superior de Arte y dirigió La otra orilla, del Premio Nobel Gao Xingjian. Dedicó sus últimos años a la compañía que fundó, Impulso Teatro, con la cual estrenó obras como Insultos al público, Balada del pobre B.B o La excepción y la regla.

“Dedicó sus últimos años a la compañía que fundó, Impulso Teatro, con la cual estrenó obras como Insultos al público, Balada del pobre B.B o La excepción y la regla”.

En el cine actuó en filmes como Entre ciclones, Kangamba, El cuerno de la abundancia y la muy gustada e irreverente Juan de los Muertos. Fiel a los legados de Vicente Revuelta, Bertolt Brecht y otros maestros esenciales de la experimentación y el teatro como espejo crítico del ser humano, deja una ausencia que sus espectadores, familiares y amigos lamentarán profundamente.

Tomado del perfil de Facebook del autor

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