Recepción de los Diarios de campaña de José Martí como un todo: testimonio del cambio de estilo en un espacio naciente
Sobrepasan los cincuenta los estudios que se dedican al examen y valoración de los Diarios de campaña de José Martí como un todo. Luego de haber analizado en nuestro libro los acercamientos que se dedican a la observación del Diario de Montecristi a Cabo Haitiano en un ensayo, y los que se ocupan del Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos en otro, con sus peculiaridades y razones caleidoscópicas, nos dedicaremos a la consideración de estos más de cincuenta estudios donde también la profundidad, variedad y riqueza son el sello predominante del acto de recepción. Esta obra martiana a través del ejercicio de mi análisis prueba con creces que es “un clásico, obra que suscita un incesante polvillo de discursos críticos, pero que la obra se sacude continuamente de arriba”. [1] Dicha prolijidad de acercamientos acentúa la valía del texto literario que someto a examen pues “la teoría fenomenológica del arte señala con insistencia que, en la consideración de una obra literaria, se ha de valorar no solo el texto actual sino, en igual medida, los actos de su recepción, porque la obra literaria posee dos polos que podemos llamar el polo artístico y el polo estético, siendo el artístico el polo creado por el autor, y el estético la concreción realizada por el lector […] El lugar de la obra de arte es la convergencia del texto y el lector, y posee forzosamente carácter virtual, puesto que no puede reducirse ni a la realidad del texto ni a las disposiciones que constituyen al lector”. [2]
Si Ette en su valioso libro sobre la recepción de la obra de José Martí distingue dos procesos que tienen lugar en la recepción martiana: “por un lado la sacralización, que se produce a través de testimonios de la acogida del Martí político de sus discursos, de su compromiso con la independencia y de su muerte; y la canonización que llega a producirse a través de la recepción de sus escritos literarios por parte de Rubén Darío” (Ette, p. 49), podemos afirmar que en la recepción de los Diarios los procesos de sacralización y canonización del texto y la figura se superponen, y una conduce a la grandeza de la otra.
“El lugar de la obra de arte es la convergencia del texto y el lector, y posee forzosamente carácter virtual, puesto que no puede reducirse ni a la realidad del texto ni a las disposiciones que constituyen al lector”.
Los ensayos dedicados al examen de los Diarios de campaña de José Martí como un todo pueden clasificarse en: estudios de estilo, que es uno de los acápites con más acercamientos, debidos a las firmas de Andrés Iduarte, José Rodríguez Feo, Manuel Pedro González, Claude Bouchet-Huré, Isis Molina de Galindo, Mayra Beatriz Martínez, Guillermo Cabrera Infante, José Massip, Francisco López Sacha, Carmen María Torres y Carmen Suárez León; los que estudian las relaciones de Martí y los Diarios de campaña con la guerra, entre los que sobresalen aproximaciones de Joel James, Denia García Ronda, Carmen Ochando Aymerich y Leah Bonnin; los que analizan el protagonismo del cuerpo en los Diarios, en los que se destacan trabajos de Mayra Beatriz Martínez, Gerardo Fernández Fe y María Fernanda Pampín; los que examinan la interacción de la dinámica del yo y el nosotros en dicha obra. Tal temática es abordada por Mayra Beatriz Martínez, estudiosa por muchos años de esta insigne obra martiana, y Catherine Chi Güemez; los que abordan el tema de cómo se manifiesta el género diario en el texto, entre los que se cuentan a Esperanza López Parada, Carlos Javier Morales, Daniel Mesa Gancedo, Osmar Sánchez Aguilera, Mayra Beatriz Martínez y Miguel Oviedo.
Hay temáticas que solo son valoradas por un solo autor, pero no por eso dejan de tener espacial trascendencia en este estudio. Ellos son: imaginario cultural y antillano y nuestroamericano en los Diarios de campaña, desarrollada por Yolanda Wood; el concepto de hombre natural, debido a la pluma de María Fernanda Pampín; los Diarios de campaña como vía crucis: relación del destino de Martí y Cristo, como égloga seguida de una épica, trabajada por Rafael Almanza; dialéctica de la vida y la muerte en los Diarios, con la incursión de Calvert Casey, y finalmente encarnación de la poesía en la historia en los Diarios y carácter etnográfico del relato, asumido por Mayra Beatriz Martínez.

En esta investigación hemos estudiado 91 acercamientos que analizan la altura estética de los Diarios de campaña. De ellos cinco aluden al Diario de Montecristi a Cabo Haitiano, publicado por primera vez en 1932, 26 al Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos, publicado en 1940 dentro del Diario de campaña de Máximo Gómez, y 53 se refieren a los Diarios de campaña como una unidad, los cuales se publicaron de tal forma por primera vez en 1956. En su importante libro sobre los Diarios aquí estudiado, Catherine Cossette Chi Güemez concluye, luego de referirse a la historia de los avatares de los mismos hasta ser publicados, que: “es posible percibir la manera compleja en que los Diarios han sido leídos. Por un lado, como textos separados e independientes, con errores debidos a la prisa, con criterios disímiles de corrección de los mismos y con un léxico que requiere ser anotado y, por el otro, como textos cuya lectura ha sido impulsada por la Revolución Cubana, y que con tanto interés ha retomado la figura de Martí, y ha impulsado el conocimiento de su obra y pensamiento.” (Chi Güemez, p. 105)
Muchos de los ensayos y libros estudiados aquí conservan el carácter de obra de arte que también poseen los Diarios de campaña, con una condición imantada que ha sido objeto de una multiplicación en territorios donde prima la agudeza, la eficacia y la originalidad literarias, demostrando en ambos casos que “la gran literatura es sencillamente idioma cargado de significado hasta el máximo de sus posibilidades”, [3] como afirma Ezra Pound. Es decir, que me asombra la magnitud del hecho estético que los mismos han despertado, que alcanza con creces a la mayoría de las páginas que sobre ellos se han escrito ─bibliografía copiosa y de grandes valores literarios y culturales manifiestos─ que se inclinan deliberadamente hacia y trasmiten el placer estético, lo que constituye la prueba distendida de que en los Diarios la poesía encarna en la realidad. Porque en los 91 acercamientos a los Diarios de campaña de José Martí se demuestra que esta obra, inclasificable en cánones ortodoxos, es como un tejido natural que hace posible la poetización, su propia poetización por los exégetas, y que invita a su reproducción embebida, a un tiempo, en el mismo sentido de la espiral, y en una dirección paralela que la trasciende, sin perder nunca sus esencias de lo cubano. Esto no pasa con la generalidad de la producción ensayística sobre sus poemarios. La validez estética que poseen los ensayos correspondientes a la Bibliografía sobre los Diarios de campaña de José Martí nos hace reparar en la innovación que en los mismos tiene lugar, y en el hecho de la lengua que en ellos se manifiesta, pues se despliega un relevante abanico posible por ese centro de luz que los une.
“(…) en los Diarios la poesía encarna en la realidad”.
Se estudia en varios ensayos abiertamente, y en otros se sugiere, la cardinalidad de la muerte de Martí para la lectura de los Diarios; hay un reconocimiento de la muerte como un horizonte inevitable de lectura. En tal sentido, dado el final heroico conocido, el texto se lee como una novela. Por todo este reflejo de vida, de materialidad se respiran los aires de una imantada leyenda. Es por eso que, por encima de los incontables méritos de los Diarios, sobresale el de su carácter fascinante, que es iluminado, sin duda, por su condición de texto póstumo.
Los estudiosos concuerdan en considerar que ambos Diarios forman un único texto literario de cualidad polimórfica, funcional e inclasificable, que es un glorioso cierre a una obra fundadora y trascendente, e inevitablemente hay que viajar a ellos para hablar de los aportes de Martí a la Modernidad literaria y a las excelencias de su prosa poética. El Grupo Orígenes subrayó una y otra vez las cualidades ideotemáticas y estéticas de los Diarios, y prestó gran atención a este texto que no había sido tenido en cuenta hasta entonces, en el que se describe la leyenda de la libertad y conformación de la patria. Como lo prueban los hechos, y los ensayos de los miembros del Grupo Orígenes a los Diarios dedicados, y la propia confesión de Cintio Vitier, los poetas pertenecientes a este grupo comenzaron a leer a Martí por los Diarios de campaña, de ahí esa prosa luminosa, imantada, de hálito poético que habita en todos ellos, que llega a manifestarse en su obra ensayística. En tal sentido los Diarios de campaña fueron esenciales para los origenistas en su conformación poética de lo cubano.

Los Diarios de campaña constituyen un proceso de culminación en Martí de concebir a la poesía como conocimiento, como indica esta prolija bibliografía y específicamente las aportaciones de José Lezama Lima, Cintio Vitier y Fina García Marruz.
Los ensayistas que se han acercado a esta obra trascendente de la literatura en lengua española afirman que en los mismos la expresión descarnada, su privilegiar a lo cotidiano y su atención al instante son elementos que difieren del Modernismo, pues da cabida a todo, presentándolo sin transiciones, como viene a la mente, fracturando planos, con lo que anuncia las vanguardias, el cubismo, creando un nuevo modo de mirar. Porque hay un sentido abiertamente moderno en los Diarios, porque allí lo poético es la realidad misma, no el tema, ni la mirada, y hay una especial preocupación de Martí por el tiempo y la muerte.
“(…) hay un sentido abiertamente moderno en los Diarios, porque allí lo poético es la realidad misma, no el tema, ni la mirada, y hay una especial preocupación de Martí por el tiempo y la muerte”.
La investigación aquí acometida permite afirmar que los Diarios de campaña son resumen y símbolo de toda la existencia de José Martí, como metáfora de la vida y sobrevida del héroe.
Los ensayos dedicados a esta obra cimera de Martí llegan a la conclusión de que en los Diarios de campaña hay un cambio de estilo porque hay un ajuste entre formas y esencias, principio de poética de Martí, al enfrentarse el escritor a un espacio sicosocial distinto. Y es que en ellos está resuelta la tensión entre lo heroico y lo estético que había exhibido antes la obra de Martí. Los estudiosos, traten el tema que traten, no pueden sustraerse a señalar y hasta estudiar las peculiaridades y novedades estilísticas de los Diarios de campaña, porque en la singularidad del estilo de dicha obra radica buena parte de su intensidad y eficacia literarias.
“(…) en los Diarios de campaña hay un cambio de estilo porque hay un ajuste entre formas y esencias, principio de poética de Martí, al enfrentarse el escritor a un espacio sicosocial distinto”.
Los Diarios de campaña son descolonizadores pues muestran los tanteos del proceso de conocimiento de lo desconocido, interrumpen el curso histórico y crean una nueva causalidad histórica, pero a diferencia de Cristóbal Colón, la finalidad que le impone, que es la independencia, no es extraña a Cuba, sino madurada por su historia y crecimiento, pues la independencia significaba rescatar el curso histórico de América. Estos Diarios manifiestan irreverencia hacia la hegemonía cultural por la presencia en él de un imaginario cultural antillano, caribeño y nuestroamericano, que se convierten en una experiencia identitaria: ellos constituyen un documento histórico con singulares valores testimoniales entre los que se destaca la fundación de la nacionalidad y la identidad cubanas, algo de lo que él tuvo especial conciencia cuando afirma en carta a Carmen Mantilla: “Cuba ya tiene escritos sus nombres con mis ojos en muchas nubes del cielo y en muchas hojas de los árboles” (O.C., t.20, p.225). Si Cintio Vitier se ha referido al sentido fundacional de la vida y la obra de Martí, el sentido fundacional de los Diarios es más acendrado, más profundo, es como el hecho metafórico de su gran hazaña: fundar Cuba, la nacionalidad, fortalecer la nación.
Los múltiples valores literarios y cosmovisivos que poseen los Diarios de campaña consolidan la condición de poeta mayor que ostenta José Martí en los marcos de la literatura cubana, donde se revela como el iniciador de la poesía moderna en nuestro país, y su condición de escritor clásico de la lengua española, lo que le confiere un sitio relevante dentro de la lírica de nuestro continente.
Notas:
[1] Ítalo Calvino. “¿Por qué leer los clásicos? “La letra del escriba, n. 164, La Habana, 2020, p.14.
[2] Wolfgang Iser. “El proceso de lectura. Una perspectiva fenomenológica” en Textos de teorías y crítica literaria. Del formalismo a los estudios culturales. Parte 2. Facultad de artes y Letras, La Habana, p.87.
[3] Ezra Pound. “El arte de la poesía”, Revista Amnios, n. 19, La Habana, p.5.

