En Cuba, la cultura es un acto de soberanía indiscutible. El desarrollo cultural está garantizado por la Revolución Cubana con sus políticas de Estado desde el triunfo del 1ro. de enero de 1959. Seis décadas después, en la continuidad del proyecto socialista cubano, emerge la premisa revolucionaria fundamental de actualizar y profundizar el trabajo en torno a la formación integral de las personas como sujetos de derechos, comenzando claro está, desde la más temprana infancia para extenderla a lo largo de toda la vida.

Una pieza clave para fortalecer ese desarrollo lo constituyen los proyectos comunitarios en los barrios. Sabido es que el pilar fundamental de la Revolución y del socialismo cubano es la construcción colectiva en la que se insertan todas las organizaciones de base, tales como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), las Direcciones Municipales, la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) por citar algunos, que dan como resultado un entramado, hilvanado entre todos, en el diálogo fecundo y con acciones concretas entre los dirigentes y el territorio, que es donde verdaderamente laten los deseos de las comunidades.

Una organización de referencia en el trabajo con la comunidad, es el Proyecto Soñarte, en el municipio Cotorro.

Los talentos cubanos se desarrollan desde el barrio. Es en ese ámbito donde se siembran los valores de humanidad, amor a la Patria, solidaridad y participación democrática. Es en la comunidad y sus organizaciones donde las propuestas culturales arraigan, donde tiene lugar la “resistencia creativa” de la que habla Díaz Canel, donde el debate se prolonga en “la batalla de ideas” que planteara el Comandante Fidel Castro, líder revolucionario que comprendía la micropolítica del barrio como portadora de la macropolítica de la Revolución Cubana, hecha de puro pueblo en marcha.

Una organización de referencia en el trabajo desde el barrio es el Proyecto Comunitario Soñarte, que en el municipio Cotorro ha llevado a cabo el Primer Festival de Arte durante el mes de octubre en el marco de los festejos por el Día de la Cultura Cubana. Desde Soñarte, han creado algo que antes no existía en el Cotorro, se trata de un evento cultural para la expresión artística popular, para enseñar y aprender donde los habitantes del barrio Las Delicias han tomado en sus manos el desafío de sembrar cultura y ya están cosechando los primeros frutos después de tanto esfuerzo. Son muy buenos los resultados obtenidos en esta primera convocatoria.

“Nos motivó el reconocimiento a los niños y a la comunidad en sí, que durante tantos años viene trabajando desde los talleres de artes plásticas”.

El coordinador de Soñarte, Bárbaro Reyes Iznaga, explicó los detalles de gestión del Primer Festival de Arte, que estuvo dedicado al artista plástico cubano Alfredo Sosa Bravo, reconocido internacionalmente por su trayectoria, su obra y los aportes que hizo.

¿Cuáles fueron las motivaciones para convocar a este primer Festival de Artes desde el Barrio?

Agradecemos por difundir las actividades de Soñarte. La primera edición del Festival de Artes Plásticas surgió como idea hace un año. Con los profesores de artes plásticas de Soñarte pensamos hacerlo en los días 21 y 22 de octubre en el marco del Día de la Cultura Cubana. Nos motivó el reconocimiento a los niños y a la comunidad en sí, que durante tantos años viene trabajando desde los talleres de artes plásticas. Luego pensamos en dedicarlo a un artista plástico de nuestro país y decidimos que la persona más idónea para homenajear era Alfredo Sosa Bravo, excelente ser humano que tiene una obra grandísima en las artes visuales. Todo giró en torno a su figura, fue un gran homenaje.

¿Cómo lograron alcanzar los objetivos que se propusieron?

Nunca creímos que el festival iba a tener la magnitud que tuvo. En principio pensamos realizarlo en dos días, pero se fueron uniendo otras personas a esta bonita idea, como Elizabeth Lores, que aportó tantas ideas, y el programa se fue enriqueciendo. Entonces surgió la posibilidad de hacerlo junto con las escuelas y que la obra de Sosa Bravo estuviera circulando por nuestras escuelas. Empezamos el 26 de septiembre y llegamos a seis escuelas entre primarias y secundarias. Los niños y niñas fueron participando mucho y eso enriqueció al festival. Se unió la Dirección de Cultura en el territorio, la Casa de Cultura, las galerías de arte, todo esto le dio gran magnitud al festival. Convocamos a una reunión a todos los ámbitos culturales que están presentes en el barrio, nos apoyaron desde el proyecto Crearte del Ministerio de Cultura, el proyecto Mezclaíto nos acompañó y llevamos a cabo todas las actividades programadas.

El Proyecto Mezclaíto participó activamente en las actividades artísticas programadas en el Festival de Arte.

¿Cómo es posible que un proyecto como Soñarte pueda desplegar tal magnitud de actividades y propuestas desde el municipio Cotorro, tan alejado del centro de La Habana y, además, sumar tantas adhesiones?

Se hicieron tres llamados. El primero fue hace un año y se hizo a los concursantes de manera abierta para que adultos, niños y adolescentes presentaran sus dibujos en este festival. Participaron los asistentes a los talleres, a la convocatoria se presentaron sesenta trabajos de niños, adolescentes y jóvenes de la localidad de Las Delicias en el municipio Cotorro. Luego, al sumarse las escuelas, participaron de la obra de Sosa Bravo, aproximadamente, entre 150 a 200 niños, en total fueron más de 240 trabajos que recibimos para concursar de este primer festival. Para seleccionar a los ganadores y ganadoras organizamos un jurado compuesto por directoras de las escuelas, referentes de otros municipios que no fueran del barrio ni del propio Proyecto Soñarte. Se entregó una mención por cada categoría y con las escuelas, seleccionamos un premio y una mención por cada una de las escuelas que participaron. El festival tuvo algo muy positivo porque unió a los artistas, no sólo del barrio sino también a nivel nacional. Estamos hablando de Maisel López, un reconocido artista plástico, el creador de Los Colosos, unas gigantografías que retratan a niñas y niños cubanos, pinturas que pueden verse en las paredes de La Habana. Por toda la ciudad están Los Colosos. Este fue un festival donde estuvieron presentes varias manifestaciones del arte con un programa tan bien concebido y tan completo que incluyó conferencias, presentaciones de artistas, conversatorios, espacios para las manualidades y otras expresiones creativas.

Maisel López, creador de Los Colosos —retratos de gran formato en ambientes públicos capitalinos— participó en el Festival con una de sus creaciones.

¿Cómo les afecta el bloqueo de EE. UU. a ustedes, particularmente, y a la cultura cubana en general?

Evidentemente, impacta en todas las áreas de nuestro país. Es una realidad latente que nos afecta a nosotros también como proyecto, principalmente en los materiales, los recursos. Nosotros no podemos garantizar una merienda para nuestros talleres, una logística para organizar mejor las actividades, si no estuviera ese injusto bloqueo para Cuba, el proyecto podría avanzar mucho más en las cosas que hacemos diariamente. Pero, por otra parte, tenemos que reconocer que el proyecto ha tenido el apoyo de muchos compañeros durante estos años, como Cubalinda, amigos que, desde Francia siempre nos apoyan para que esa política no nos afecte tanto como proyecto. Amigos solidarios que, rompiendo las cadenas del bloqueo, se sacrifican y aportan pinturas, materiales, pinceles y otras cosas que necesitamos. Si hoy pudimos materializar la idea del festival, fue gracias al apoyo de estos amigos solidarios que nunca nos abandonan y que desde su posición también piden el fin del bloqueo a Cuba.

“Es imposible de alcanzar semejante despliegue cultural sin reunir voluntades y en Cuba sabemos que son especialistas en el trabajo colectivo”.

¿Cómo piensan seguir con los festivales de arte, qué expectativas tienen para próximas convocatorias?

Estamos todavía en la etapa de evaluación del primer festival, pero ya estamos pensando en el segundo. Nos quedan algunos detalles que seguir puntualizando. Queremos seguir mostrando los trabajos de los niños, hacer una exposición por todas las escuelas que participaron en el primer festival. En cuanto al segundo, lo estaremos dedicando a Flora Fong. Aún no sabemos la fecha, pero seguro será igual en octubre, en el marco de la Jornada de la Cultura Cubana. Esta primera edición nos dejó muchos deseos de hacer cosas lindas desde la comunidad, allí pensaremos un programa mucho más amplio, en el cual invitemos a más artistas de nuestras comunidades, con un programa más abarcador para profundizar en cada uno de los centros de enseñanza. Tenemos un año completo para seguir organizándolo.

Con respecto a los alcances del Festival de Artes desde el Barrio, Maisel López expresó: “Tuve la posibilidad de representar a uno de mis Colosos en la sede del Proyecto Soñarte, un proyecto tan lindo, que conecta directamente con la comunidad, con el barrio, porque esta acción de las artes plásticas es una experiencia casi única, no se ve muy seguido esto, el hecho de convertir a la comunidad en el factor más importante de la acción cultural e invitar a artistas a que hicieran exposiciones. Este Coloso me llevó la máxima experiencia, lo hicimos con una niña preciosa que identifica el proyecto. Que dure para siempre, que sea eterno y que brille la luz siempre en Soñarte”

“El desarrollo cultural de Cuba es una cuestión de justicia social, el acceso a la cultura está garantizado en los lineamientos políticos de la Revolución Cubana”.

Es imposible de alcanzar semejante despliegue cultural sin reunir voluntades y en Cuba, sabemos que son especialistas en el trabajo colectivo. En este Primer Festival de las Arte desde el Barrio, también participaron en la apertura, durante los días de intensas actividades y en la jornada de cierre, artistas y proyectos comunitarios como: Nubelia Leyva, narradora y promotora cultural y Katherine La Cruz, quien trabaja los talentos individuales y está montando la obra de teatro Los amigos junto a Elizabeth Lores, del taller literario de Soñarte. También asistieron Mario Darias, trovador y Luis Alfredo Vaillant, escritor para niños y coordinador del proyecto de acción comunitaria El jardín de Anabel. De igual forma estuvo presente el proyecto Mezclaíto, en el que participan niños pequeños, adolescentes y jóvenes que cantan, bailan y ofrecen un colorido espectáculo, dirigidos por Neyra y Yesnei Curbelo.

El desarrollo cultural de Cuba es una cuestión de justicia social, el acceso a la cultura está garantizado en los lineamientos políticos de la Revolución Cubana, pero no solamente porque el Estado Cubano lo sostenga, sino porque todo un pueblo está alineado en ese camino y cuida el patrimonio cultural que, en tanto construcción de todos, forma parte de la identidad de la isla, característica especial y única a la que llaman “cubanía”.

En la comunidad LasDelicias, del Cotorro, bajo la dirección de Irma Sehwerert y la coordinación general de Bárbaro Reyes, se esfuerzan por hacer valer lo que sostuvo Martí cuando afirmó que: “Ser cultos es el único modo de ser libres” (1884). Además, allí siguen vigentes las palabras de Fidel en las que aseveró que “La cultura dejará de ser una cuestión de élite cuando pertenezca a todo el pueblo” (1967).

Soñarte, a través del Primer Festival de Arte desde el Barrio, demostró que hay un pueblo trabajando por más Revolución en la cultura cubana.