En varias partes del mundo, sobre todo en el hispanoamericano y en su natal Uruguay, se recordó este 14 de septiembre el nacimiento, hace 105 años, del escritor Mario Benedetti, uno de los autores más prolíficos y reconocidos del idioma español.

En Cuba, específicamente en la ciudad de Holguín, la fecha conllevó al homenaje y a la relectura del autor de novelas como La tregua (1960), Gracias por el fuego (1965) y Primavera con una esquina rota (1982) en un panel del espacio Oda a la joven luz, que coordina Ediciones La Luz, sello de la Asociación Hermanos Saíz en la provincia.

Este, con la moderación del periodista y escritor Erian Peña Pupo, se realizó en la sala Víctor Jara de la Biblioteca Provincial Alex Urquiola y contó con la participación de la joven poeta, editora y artista visual Lorena V. F., y el poeta, narrador y editor José Luis Serrano.

Lorena V. F. habló sobre el libro Poemas de oficina, y destacó el contexto en que fue escrito, la relación autor-voz poética y las particularidades de su escritura lírica en el cuerpo de la obra de Benedetti.

Sobre todo —aunque Benedetti publicó más de 80 títulos, desde novelas, cuentos, ensayo, periodismo, teatro, crítica cinematográfica y letras de canciones— el espacio se centró en su amplia producción poética, por la que fue mayormente reconocido, desde que en 1945 publicó La víspera indeleble, al que le siguieron Solo mientras tanto (1950) y Poemas de oficina (1956). Entonces era parte del equipo de redacción de las revistas Marcha (de la que fue nombrado director literario en 1954) y Número.

Eran los años de la llamada Generación del 45 en Uruguay, formada por un grupo de escritores de diversos géneros (incluyó músicos y pintores) que tuvo una influencia determinante en la identidad cultural uruguaya contemporánea. Benedetti fue uno de sus miembros más reconocidos, junto a Idea Vilariño, Ida Vitale, Emir Rodríguez Monegal y Ángel Rama.

“En esta Oda a la joven luz, que recordó a Mario Benedetti en el 105 aniversario de su nacimiento, no pudo dejar de subrayarse su vinculación con Cuba”.

Precisamente Lorena V. F. abordó el libro Poemas de oficina, y destacó el contexto en que fue escrito —en el Uruguay de los años cincuenta—, la relación autor-voz poética y las particularidades de su escritura lírica y en el cuerpo de la obra de Benedetti. Su poesía, afirmó, emplea un lenguaje coloquial para identificarse con los lectores y dramatizar la crónica de lo cotidiano (la vida del oficinista, marcada por lo rutinario, conformaría en este caso esa cotidianidad que puede ser superada, muchas veces, por el amor) en busca de un lírico y constante humanismo. Además, su obra se caracteriza por utilizar figuras literarias, como la hipérbole y la personificación, para alterar las imágenes de los objetos.

A esa sencillez de la poesía de Benedetti, asociada a la poesía coloquial o conversacional, con bastante influencia en parte de la poesía cubana de los años sesenta, también se acercó José Luis Serrano, ganador del Premio de Poesía Nicolás Guillén 2018 por su libro Los perros de Amundsen. La propia amplitud de su obra hizo que transitara diferentes momentos y recibiera reconocimientos como el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1999. Asimismo, su militancia política y social de izquierda, que lo hizo vincularse al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros y al Frente Amplio, incluso partir al exilio a raíz de golpes militares, influyó en parte de su poesía.

El poeta, narrador y editor José Luis Serrano, Premio de Poesía Nicolás Guillén 2018, habló de la poesía de Benedetti, asociada a la poesía coloquial o conversacional.

En esta Oda a la joven luz, que recordó a Mario Benedetti en el 105 aniversario de su nacimiento, no pudo dejar de subrayarse su vinculación con Cuba, desde que participó como miembro del jurado de novela del Premio Casa de las Américas en 1966 y en el encuentro realizado a propósito del centenario del nicaragüense Rubén Darío realizado en 1967. En 1968 fue parte del Congreso Cultural de La Habana con la ponencia Sobre las relaciones entre el hombre de acción y el intelectual e integró el Consejo de redacción de Casa. Ese año fundó y dirigió hasta 1971 su Centro de Investigaciones Literarias.

Los libros de Benedetti, de diversos géneros, han sido publicados en Cuba donde es conocido por los lectores. En la isla se exilió tras el golpe de estado en Uruguay en 1973 y vivió aquí desde agosto de 1975 hasta finales de 1979. Entonces escribió los libros Con y sin nostalgia, Pedro y el Capitán y Cotidianas. En 1980 el Consejo de Estado le concedió la Orden Félix Varela y en 1999 la Medalla Haydée Santamaría. La Universidad de La Habana también honró con la entrega de un doctorado Honoris Causa en Ciencias Filológicas a quien es uno de los escritores más populares e importantes de América Latina. Benedetti falleció, con 88 años, en su natal Montevideo el 17 de mayo de 2009.

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