“¿Se relaciona la cultura con el arte?” fue la pregunta con la que el Dr.C. Rafael Luis Torralbas Ezpeleta, director del Parque Científico Tecnológico de La Habana, inició su conferencia “Emprender en la Era Digital: Ciencia e Innovación para los Proyectos Culturales Sostenibles”, en el marco del Taller Científico Innovarte, celebrado este jueves en la Universidad de las Artes.

El profesor recorrió en su intervención hitos históricos que marcaron la relación entre tecnología y cultura: desde la Revolución de la Imprenta, que democratizó el acceso al conocimiento, hasta el daguerrotipo, primera técnica fotográfica usada para captar imágenes mediante una cámara que transformó la percepción visual, y el invento del transistor, base de la electrónica moderna. “Estos avances no solo cambiaron técnicas, sino también la forma en que la sociedad consume cultura”, destacó.

“No existe arte sin público. Si cambian los hábitos, hay que evolucionar con ellos”.

Torralbas Ezpeleta enfatizó que “los autores deben entender los cambios en los patrones de consumo y distribución”. Señaló que, mientras los creadores se sumergen en su proceso artístico, es necesario “guiarlos para insertarse en un mundo digitalizado”. En ese escenario son imprescindibles los gestores y promotores culturales reunidos en el Taller Científico. 

El director del Parque Científico Tecnológico de La Habana ejemplificó su explicación con la música: si antes se distribuía en formatos físicos como vinilos o CDs, hoy plataformas como Spotify albergan más de 100 mil millones de canciones, permitiendo que “las personas escuchen lo que quieran, cuando quieran”. Esta transformación exige adaptación: No existe arte sin público. Si cambian los hábitos, hay que evolucionar con ellos, afirmó.

“¿Dónde termina el pincel y empieza el código?” Imagen: Tomada de Internet

En su conferencia, el académico aclaró que “la tecnología no sustituirá jamás la creación artística”, pero sí modifica dos aspectos clave: la producción (como en el cine o los espectáculos) y, sobre todo, la conexión con el público. “Antes el arte se consumía en cines, teatros o museos; hoy migra a espacios digitales”, explicó. Precisamente, para Torralbas, este fenómeno debe ser comprendido por todos los actores de las industrias creativas, pues “es una carrera sin fin, donde llegar al público de manera efectiva redefine cómo los artistas muestran su obra”.

El Dr. Torralbas Ezpeleta también destacó el rol de las redes sociales como herramientas clave para la visibilidad del arte. Plataformas como Instagram, TikTok y YouTube no solo permiten a los artistas mostrar su trabajo a audiencias globales, sino que también generan nuevas formas de interacción. “Un bailarín puede viralizar su coreografía en segundos, algo impensable hace dos décadas”, señaló. Sin embargo, advirtió sobre el desafío de sobresalir en un mar de contenido, donde la creatividad debe ir acompañada de estrategias digitales efectivas.

Durante su intervención, el profesor mencionó cómo tecnologías como la realidad virtual (VR) y la inteligencia artificial (AI) están abriendo puertas a experiencias artísticas inéditas. “Museos ahora ofrecen tours virtuales, y artistas visuales crean obras interactivas con algoritmos”, explicó. Este fenómeno no solo expande las posibilidades creativas, sino que también cuestiona los límites tradicionales del arte. ¿Dónde termina el pincel y empieza el código? Es una frontera que hay que seguir explorando. “Eso tiene que ser entendido, no solo por los creadores, sino también por todos los que de alguna manera participan en lo que se llama industrias creativas”.

El conferencista advirtió sobre el desafío de sobresalir en un mar de contenido, donde la creatividad debe ir acompañada de estrategias digitales efectivas. Foto: Juan Carlos Borjas

Uno de los puntos menos discutidos pero cruciales fue el modelo económico detrás de los proyectos culturales en lo digital. Mientras plataformas como Patreon o Kickstarter ayudan a financiar creadores independientes, la monetización sigue siendo un reto porque el acceso gratuito al contenido ha generado audiencias más grandes, pero no siempre más ingresos para los artistas. La clave está en explorar modelos híbridos que combinen lo digital con experiencias presenciales exclusivas.

El académico hizo hincapié en la necesidad de actualizar la formación artística. Las universidades deben enseñar no solo técnicas tradicionales, sino también marketing digital, gestión de datos y producción multimedia. Actualmente hay músicos que, además de componer, aprenden a editar videos o analizar métricas de streaming

“La clave está en explorar modelos híbridos que combinen lo digital con experiencias presenciales exclusivas”.

Aunque celebró las oportunidades digitales, Torralbas alertó sobre un riesgo: la pérdida de diversidad cultural. “Los algoritmos tienden a promover lo masivo, dejando atrás expresiones locales o experimentales”, dijo. Invitó a creadores e instituciones a “usar la tecnología con conciencia”, preservando identidades y fomentando espacios para voces marginadas. “La globalización no debe significar uniformidad. La verdadera innovación está en la diferencia”, concluyó.