“Cuando fotografías a una persona en color, fotografías su ropa,
cuando lo haces en blanco y negro, fotografías su alma”.
Ted Grant

En Cuba, la danza moderna es un mundo vibrante donde creatividad y pasión se fusionan para dar vida a una forma de arte cautivadora. Desde mediados del pasado siglo, bailarines y coreógrafos cubanos comenzaron a experimentar con nuevas formas de movimiento. Ramiro Guerra, quien fundó el Conjunto Nacional de Danza Moderna de Cuba, en 1959, contribuyó a establecer una sólida base para el desarrollo de la danza moderna en la Isla, inspirando a generaciones de bailarines que posteriormente exploraron nuevas posibilidades creativas.

Luisa Santiesteban pertenece a esa estirpe de intérprete que dejó una huella en su compañía. Fue primera bailarina de Danza Contemporánea de Cuba, el nombre que sustituyó al de aquel primer Conjunto. Luisa atravesó varias etapas de la agrupación. Bebió de los inicios de la Danza Moderna en Cuba, con profesores como Arnaldo Patterson, Eduardo Rivero, Isidro Rolando y Lorna Burdsall, quienes le enseñaron una parte de lo que hoy ella entrega en sus clases de Técnica de la Danza Moderna Cubana, en la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes de La Habana.

Sus clases son un espectáculo en sí, llenas de público; por esa razón decidí escogerla para hacer visible cómo enseña Luisa Santiesteban. Su metodología rompe con lo convencional, inculcando una verdadera pasión por la danza, conectándola con cada fibra del corazón. Las fotos que aquí muestro, capturan la esencia y peculiaridad de los ejercicios de la maestra. Su energía, la fuerza que le imprime a sus movimientos, la pasión de su clase es un sentimiento palpable de amor.

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