El sábado 13 de abril a las 11:00 a.m., se presentó en la Calle de Madera, en el Centro Histórico de La Habana, el libro Yo soy la página que escribo, del Premio Nacional de Literatura, el escritor, poeta y etnólogo Miguel Barnet Lanza. El actual director de la Casa Editora Abril, Miguel Cruz, comentó inicialmente por qué esta casa editora publicaba un título de Miguel, siempre joven desde la creación y espíritu, por el concepto de juventud que trasmite.

El volumen es resultado de una conversación entre el periodista Pedro de La Hoz, y Gaetano Longo, aunque Gaetano, afirman Pedro y Miguel, realmente aportó parte de las ideas y Pedro fue quien armó y compuso el texto. Según Pedro, él le daba los tips y Miguel escribía, trató de llenar algunos vacíos con preguntas y respuestas en el texto. Pedro comentó que Miguel tiene mucho más para contar, este libro es solo la punta del iceberg.

Miguel Barnet presenta su libro en la emblemática Calle de Madera, en La Habana.

Según la nota de contracubierta: “Esta no es una autobiografía ni un libro de memorias. Dice Miguel Barnet que en su modo de ser no encaja eso de contar paso a paso su vida. Para él lo que pueda importar de su tránsito por el mundo está en las tantísimas páginas que ha escrito, espejos en los que ha reflejado lo vivido, pensado y sentido en ochenta años de existencia. No se trata solamente de exponer de manera pública las vivencias y juicios del poeta, sino de compartir con las generaciones de hoy y de mañana la experiencia de una personalidad esencial en la historia de la cultura cubana. Entre el diálogo y la memoria, aquí se revela Miguel Barnet, el cubano que nació en el barrio habanero de El Vedado ya da vueltas por el mundo, el intelectual y el ciudadano, el poeta y el ser humano”.

En el libro, publicado por la Casa Editora Abril en 2020, Miguel recuerda su infancia, los procesos creativos de sus textos, la música cubana, la religión, raza, y responde también preguntas aparentemente más comunes. Desde el inicio, Miguel revela su espíritu martiano. Para Miguel, reitera casi al final del libro, el día más feliz de su vida fue “el día que tomé conciencia que había nacido un 28 de enero, porque ese día había nacido también José Martí”.

Este volumen permite a los lectores acercarse al otro libro de Miguel Barnet, la novela de su vida.

Acerca de su propia obra afirma Barnet:

“Lo que realmente yo he querido hacer es poner el dedo en la llaga de las contradicciones y vislumbrar la existencia de un sujeto más real, más profundo y convincente. De un cubano subalterno que nada tiene que ver con una postal turística, sino que es resultado de un proceso de transculturación que Don Fernando Ortiz explicó magistralmente. Todas mis novelas, desde Cimarrón hasta Oficio de Ángel, pasando por Canción de Rachel, Gallego o La vida real tienen directamente o tangencialmente la impronta de lo testimonial, convencido como estoy que la acogida de las mismas por el público lector tiene que ver con el tono confesional que poseen. Eso las hace más vivas, más palpables y más cercanas al alma humana, que es tan esquiva y enigmática. Quererla apresar en mi obra, tanto en prosa como en poesía, es mi mayor anhelo. Lezama ha hablado de la historia como imagen y yo aspiro a hablar del alma como imagen de la historia”.

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