Un acontecimiento memorable para la cultura cubana
Hoy es un día luminoso para la cultura cubana. El libro que tenemos el privilegio de presentar estamos seguros que devendrá en pocos años un clásico, requerido por las más prestigiosas bibliotecas y estudiosos de todo el mundo.
Antes de adentrarme en el fascinante universo de Variaciones del árbol, quisiera reconocer al equipo que lo hizo posible. En primer lugar a su autor, el poeta y ensayista Fidel Antonio Orta, quien definió el concepto editorial de esta joya bibliográfica, realizó una rigurosa selección de poemas y un prólogo esencial con el sugerente título “Las luces del enigma”. Pido permiso para citar un fragmento de estas lúcidas palabras:
Poesía y pintura, descubriendo y redescubriendo esencias, marcharon juntas, hasta entregarnos una amalgama de expresiones cuyo común denominador radicaba en dejar atrás posibles influencias foráneas para conceptualizar, desde otra dimensión de la realidad, todos aquellos rasgos que indicaran la presencia de lo nacional.
Los invito a leer este breve pero intenso texto, que constituirá un verdadero despertar para los sentidos.
La presentación de este antológico libro estuvo a cargo de Israel Díaz Mantilla, director por más de 15 años de la Casa Museo “José Lezama Lima” y uno de los más notables estudiosos de su obra. En sus palabras señala cómo Orígenes constituyó un hito en el desarrollo de uno de los períodos más espléndidos de la cultura cubana. Díaz Mantilla afirma:
Orígenes fue sin dudas uno de los intentos más importantes de cuantos se propusieron dotar de cohesión y visibilizar la cultura artística cubana. La participación de los pintores y escultores en sus diferentes números dio cumplimiento a un deseo de diálogo entre los presupuestos de la literatura y otras manifestaciones del arte.
Este estupendo libro no hubiera sido posible sin los auspicios de la Fundación Mariano Rodríguez, la cual ha devenido en el transcurso del tiempo en un eje fundamental de publicaciones esenciales sobre el arte cubano. Alejandro Rodríguez ha realizado un trabajo editorial admirable a favor de la cultura de la Isla y la ha proyectado internacionalmente. Es notable su entusiasmo y devoción por resaltar nuestro patrimonio artístico con el máximo rigor y el más alto nivel de calidad.
Variaciones del árbol devendrá en pocos años un clásico, requerido por las más prestigiosas bibliotecas y estudiosos de todo el mundo.
Y en la excelencia de esta publicación está también la destreza de una editora excepcional, Beatriz Gago, que tuvo a su cargo la articulación minuciosa e inteligente de las partes del todo. Sin dudas Beatriz Gago es una de las mejoras editoras de arte que ha dado nuestro país y este libro lo confirma una vez más. En su brillante carrera destacan dos libros que constituyen paradigmas de su progreso: Evolución de la Vanguardia en la crítica de Guy Pérez-Cisneros y Mas de 10 pintores concretos. El libro que presentamos tenía garantizado el éxito en sus sagaces manos.
Una publicación de este carácter tenía que presentar necesariamente un despliegue visual de excelencia, acorde con su contenido artístico-literario. Ese privilegio estuvo a cargo de Arnulfo Espinosa, quien merece un elogioso reconocimiento porque el disfrute de este libro tiene mucho que ver con su efectivo diseño, así como la excelencia de la fotografía de Ricardo Elías, especialista en captar con fidelidad absoluta las imágenes de las obras de arte.

Resulta imprescindible destacar el trabajo de investigación que realizó Odalys Borges, sin el cual no se hubiera logrado el resultado extraordinario alcanzado por Variaciones del árbol. Esta excelente investigadora, formada en el Museo Nacional de Bellas Artes, hizo una incursión de primer orden con el libro Revelaciones, sobre la obra sobresaliente de ese fabuloso artista que fue Luis Martínez Pedro. Allí se reveló la seriedad investigativa de Odalys Borges con sus ensayos “Un artista seducido por la línea” y “Revelaciones,” textos indispensables en el profundo conocimiento de ese maestro del arte cubano y latinoamericano.
Para académicos e investigadores resultará sorprendente descubrir a través de las páginas de este libro la amplitud del imaginario visual de Lezama, que siempre se ha calificado como un círculo hermético, afín sólo a poetas y pintores cercanos a su pensamiento intelectual. A través de la guía segura de Fidel Antonio Orta, descubrimos el vínculo que sostuvo con artistas que no estaban próximos a las ideas culturales de Lezama, y que el poeta expone en las revistas de las cuales fue fundador, Espuela de Plata y sobre todo Orígenes. Más allá de los imprescindibles pintores Mariano Rodríguez, René Portocarrero, Amelia Peláez y Arístides Fernández ―este último rescatado de las penumbras de la generación anterior por Lezama―, son otros los artistas cuya presencia en esas revistas sorprenden y enriquecen este libro convirtiéndolo en una publicación de imprescindible consulta.

Solo dos ejemplos deseo poner a su consideración por cuestión de tiempo. Uno de ellos es Wifredo Lam, cuya presencia siempre ha sido considerada como retadora a los conceptos intelectuales de Lezama, vinculados a la herencia hispana de la cultura cubana. Incluso se habla de un vacío existencial con respecto a Lam y los restantes pintores del espacio más íntimo de Lezama. Entonces sorprende encontrar que dos portadas de la revista Orígenes fueron ilustradas por Lam, una en fecha tan temprana como 1945 y otra en 1952, con las características propias de su estilo.
Otra prueba de la generosidad del insigne poeta con aquellos artistas que captaron su atención es la presencia del joven Carmelo González, que recién había realizado su primera exposición personal en 1946 en la Asociación de Reporters de La Habana y, en ese mismo año, ilustra la revista Orígenes con uno de sus dibujos, algo verdaderamente sorprendente para un artista veinteañero. Es evidente que Lezama descubrió en Carmelo el destello de su temprano talento.

Hay muchos descubrimientos más que dejo como sorpresa al ávido lector. Cada página constituirá un momento de regocijo y de iluminación. No podíamos esperar menos de Lezama y Orígenes. Solo deseo afirmarles que este libro constituye, sin lugar a dudas, un acontecimiento imprescindible para la cultura cubana.


Estuve presente en la presentación del libro «Valoraciones del árbol» en el Teatro del Museo de Bellas Artes el pasado día 24 de sept.