Pasión por Cuba: 95 aniversario de Armando Hart
Sobradas razones tuvo la doctora Eloísa Carreras cuando tituló su libro Pasión por Cuba —contentivo de su tesis doctoral sobre la presencia de la tradición filosófica electiva cubana en el ideario educativo del Doctor Armando Hart Dávalos— y que bajo ese rubro vio la luz en México y La Habana en el año 2014, auspiciado y editado por la Universidad de Latinoamérica José Martí, de Monterrey, y el Centro de Estudios Martianos de Cuba.
Es que la vida de Armando Hart fue exactamente eso: una pasión por Cuba. Desde su nacimiento en La Habana el 13 de junio de 1930, cuyo 95 aniversario conmemoramos, hasta el final de sus días, fue una vida fecunda consagrada plenamente a esa pasión hasta el 26 de noviembre de 2017.
Para Hart no hubo descanso, y desde que partió del hogar ejemplar y venerado de Don Enrique y Marina Serafina, toda su existencia fue una constante búsqueda y una incesante, lúcida e inquebrantable lucha, —a riesgo de la propia vida— con esa pasión que lo caracterizó.
Fue un caso poco frecuente de ideas y de acción; fue un creador y un organizador donde obra y pensamiento se fusionaron y crecieron con fuerza hasta su vigencia actual. Como señala la doctora Carreras en su prólogo, “aunque no es un filósofo profesional al modo clásico occidental sí estamos en presencia de un pensamiento auténtico, desde lo nuestro cubano, caribeño y latinoamericano, porque él ha expuesto mas ideas, pensamiento y conceptualizaciones en un discurso reflexivo, pleno de sensibilidad ecuménica con una aprehensión y cosmovisión de la naturaleza, la sociedad y la historia desde un sentido ético-cultural”.
“La Revolución Cubana —que es la Revolución de Martí y de Fidel— no podrá prescindir de su pensamiento y de su obra, dentro de la cual resaltan el método electivo y la cultura de hacer política, por solo citar algunas de ellas”.
En la médula misma y en el centro de su pensamiento están las ideas martianas. En su lectura e interpretación del ideario del Apóstol José Martí radican en buena medida los aportes de Hart. En ese largo devenir de ideas y de luchas está la creación de instituciones martianas como el Centro de Estudios, la Sociedad Cultural, el Movimiento Juvenil, la Brigada de Instructores de Arte y la Oficina del Programa Martiano, todas hoy vivas y actuantes.
La Revolución Cubana —que es la Revolución de Martí y de Fidel— no podrá prescindir de su pensamiento y de su obra, dentro de la cual resaltan el método electivo y la cultura de hacer política, por solo citar algunas de ellas.
En estos 95 años recordemos también su personalidad como ser humano, calzada por un elevado sentido del deber y la responsabilidad, del compañerismo y la generosidad, que nunca puso en contradicción.
Ello también formó parte de su pasión por Cuba.