En La estrella de Cuba, primer poema independentista de la historia de la literatura cubana, José María Heredia exaltó románticamente dos elementos constitutivos de la futura identidad visual e ideológica del independentismo cubano: la estrella y la libertad.
Guillermo Rodríguez Rivera fue, junto a su diapasón múltiple de poeta, profesor, ensayista, narrador, crítico, conversador y melómano, ante todo un polemista nato y un personaje él mismo.