Yosvani Rodríguez Batista y Carlos Walker Delis exponen juntos por primera vez: lo hacen a partir de un “diálogo convergente” con centro en el grabado, pero que logra otras similitudes y cercanías, nuevas aproximaciones formales y expresivas, palpables en sus poéticas.

Ambos encontraron en el otrora Taller de Grabado de Holguín un sitio para experimentar y aprender, incluido el no sencillo oficio de la impresión; similar al que agrupó, desde su fundación en noviembre de 1969, a varios artífices del grabado. Allí, cercanos a la pedagogía y la influencia creativa de Emilio Chiang Fernández, ampliaron la hondura de sus miradas. Si bien Yosvani se ha dedicado con más sistematicidad al grabado, expandiendo sus posibilidades en la búsqueda de soluciones formales que se apropian del espacio galérico y con las que los receptores pueden interactuar o identificarse, Walker no ha dejado de practicarlo a la par que, en la pintura, crea obras en técnica mixta en las que las formas humanas incorporan manchas de color, líneas y texturas, fusionándose dentro de un entorno abstracto-figurativo que llama “amasijos”.

Las manchas de color en sus cuadros contrastan con las luces pastosas aplicadas con la espátula y con las líneas gruesas que abarcan toda la figuración junto a “latigazos rayados”, fragmentos de formas humanas manipuladas, objetos simbólicos y frases; todo sobre una base de texturas que le permite continuar en la búsqueda de ese centro donde conviven todas las cosas —¿acaso como el Aleph borgeano?— en idéntica entidad diversa y singular a la vez: donde lo real y lo imaginado, lo cercano y lo inalcanzable, lo complejo y lo simple confluyen de igual manera.

Yosvani y Carlos exponen juntos a partir de un “diálogo convergente” con centro en el grabado.

La figura humana —no es su intención representativa, sino propicia a la intervención, a la suma de significados en la propia expansión de las posibilidades entre lo abstracto y lo figurativo— está presente, como punto en común, en la obra de ambos creadores; como las indagaciones sugestivas del color y el uso de las texturas como medio expresivo, tanto en las pinturas, colografías y litografías de Carlos Walker como en los grabados de Yosvani.

En ambos hay, además, una mirada posmoderna, a partir de la fragmentación y la ironía, de la intertextualidad y lo fraccionario, en la que afloran sus respectivos discursos.

En Yosvani esa mirada posmoderna ahonda en otras expresiones y relaciones: en sus grabados, sobre la base de la figuración con rasgos expresionistas, las texturas logradas por empastes, el uso de colores directos, aprovechando las posibilidades de la colografía, y las imágenes que salen del enmarcado convencional, utilizando la impresión y las matrices, se combinan para evidenciar las motivaciones, necesidades y sensibilidades del ser humano. Yosvani no se detiene en una sola técnica: la colografía y las matrices, la xilografía, la monotipia, la punta seca y las experimentaciones con la misma madera, por ejemplo, aprovechando las diferentes texturas que el dominio de la propia colografía (su característica forma de trabajarla, aprehendida en el propio Taller) le permiten. Así muestra texturas más peculiares o sugerentes, a las que añade la matriz. Todo a base de la espátula, que le amplía (a ambos) la necesaria libertad expresiva en los territorios del expresionismo, logrando así ese “ensamblado” final que son sus obras. Esta exposición está en perenne diálogo con el espectador y requiere de él la complicidad de quien, con mirada curiosa y espíritu escudriñador, busca más allá de lo que muestra la superficie.

Ambos artistas, Yosvani Rodríguez y Carlos Walker, esperan encontrar en su discurso respuestas a algunas de las reacciones con las que convivimos y que terminan por condicionar nuestros actos; a la par que logran una convergencia abierta y en expansión que hace que sus individualidades permanezcan y ellos dialoguen con el tiempo desde el arte.

*Palabras de apertura de la exposición bipersonal Diálogos convergentes, de Yosvani Rodríguez Batista y Carlos Walker Delis, inaugurada en la sede del Taller de Grabado de Holguín, el 4 de mayo de 2024, como parte del evento Babel, en las 31 Romerías de Mayo.