“En el Centenario del Apóstol”
Al cumplirse cien años del glorioso
día en que fue tu orto, ¡oh la más clara
estrella de mi cielo, la más cara
enseña que nos guía!, yo anheloso
miro en mi derredor; con fervoroso
afán busco a la patria que soñara
tu alma sin par, y lo que me depara
el ámbito es sombrío y angustioso.
Pedestal y no ara de unos cuantos,
para bien de unos pocos, y otros tantos
blasfemando tu nombre día a día.
¡No es esto aquello que tú predicaste!
¡No es esto aquello por qué te inmolaste!
Hay que cumplir tu sueño todavía…
(1953)